Cajas de Ahorros: ¿Reforma a ciegas?

        Mientras Basilea, CNMV y otros alzan su voz sobre los riesgos «industriales» de las Cajas de Ahorros para forzar su bancarización y salida a Bolsa como solución a todo tipo de problemas que aquejan la falta de competitividad y esperanzas de futuro inmediato para la economí­a española, observamos ejemplos contradictorios que parecen ser aplaudidos por los gobernantes y medios de comunicación ante la aparente pasividad de los rectores de las Cajas de Ahorros, la alegrí­a expectante de la banca privada competitdora y de los oportunos compradores «del mercado» atentos a las gangas de una economí­a bajo la escrupulosa medida de los observadores externos.   

     Así­, poco importa recordar que la cara visible de esta última crisis mundial (y española) no fue otra sino la banca y el sector financiero.  Quienes eran responsables de su regulación y que hoy se vuelven implacables jueces (Banco de España, CNMV, Gobierno…) facilitaron el desaguisado.Más tarde, convocaron múltiples Cumbres que » habrí­an de cambiar el modelo capitalista vigente y reinventar el sistema financiero». Fueron ellos quienes calificaron de aptos a los diferentes ejecutivos y consejos de Administración de Cajas y Bancos, ellos quienes provocaron determinadas operaciones corporativas, quienes miraron a otro lado cuando se descubrí­an irregularidades, fondos opacos no declarados depositados en los paraí­sos fiscales, y autorizaron o no limitaron operaciones de dudosa fiabilidad y rentabilidad aparentes.  Son ellos los que callan, hoy, cuando el primer ejecutivo del primer banco español es condenado por el Tribunal Supremo a prisión e inhabilitación, y se desconoce reacción alguna,bien explicando el momento procesal, la gravedad o no del asunto o el rechazo firme a su permanencia en el cargo mientras se resuelve el caso ( ó algo parecido).  Son ellos quienes han autorizado fichas bancarias hoy en cuestión.  Son ellos los que han promovido tres reformas sucesivas en menos de un año.

      En este contexto, es precisamente  hoy cuando nada menos que un banco, a cuyo modelo parecerí­an aproximarse las «cajas de ahorros ideales del futuro» ,se convierte en el «tercer jugador del gas en España», ( lo que al menos suena a participación industrial) tal y como publica la prensa económica.  ¿Por qué determinadas participaciones industriales son positivas si se hacen desde un banco y perversas o de alto riesgo si provienen de una Caja de Ahorros?  La banca que no termina de ofrecer una información transparente, que no juega su papel de intermediación financiera con garantí­as reales, que no ha demostrado innovación alguna en su modelo de negocio pre-durante-post crisis, que ocupa un relegado papel en la satisfacción de sus clientes, que no deja de tener un buen stock de créditos con cierta toxicidad y un buen número de hipotecas en promociones un tanto dudosas,se convierte en el garante del buen servicio y la solvencia del sistema.  ¿Cuál es su deuda «privada», cuál su peso en la industria, cuál su capitalización? ¿A quién representan sus Consejos de Administración? ¿Quién marca la estrategia y quién controla a sus ejecutivos? ¿Cuál es el poder y derechos reales de sus accionistas, en especial, minoritarios? Desde luego no vamos aquí­ a cuestionar el relevante papel que juega en la financiación de la economí­a,pero…En este escenario echamos en falta voces del interior de las Cajas de Ahorros: ¿es un modelo obsoleto y perverso? ¿Se gestionan desde las secretarí­as generales de los partidos polí­ticos? ¿Sus empleados son «pseudo-funcionarios» de baja cualificación profesional? ¿Sus carteras industriales son ficticias? ¿Sus Consejos de Administración están poblados de amigos al servicio de las directrices impuestas por las «nefastas Comunidades Autónomas»? ¿Su obra social es un camelo para evitar el pago de impuestos? ¿Sus perspectivas localistas les impiden entender el mercado financiero global que demanda bancos globalizados de gran tamaño?  La no respuesta deja en boca de otros el ataque permanente al modelo y se da por buena su «supresión».

       Sin embargo, por otra parte, a falta de alguna evidencia positiva de «arrepentimiento e innovación» en la banca, para quienes creemos en un modelo financiero propio, en la promoción del desarrollo económico regional y la cohesión social y «no compramos el pensamiento único perverso de que el mundo privado es sinónimo de excelencia y objetividad, y el público de negligencia partidaria», nos gustarí­a escuchar a los agentes polí­ticos, económicos, sociales y mediáticos.,Reformas, sin duda pero acompañadas  de un debate riguroso previo. 

       La economí­a española necesita un nuevo camino.  Necesita nuevas señales positivas de confianza.  Necesita reinventarse.  Pero esto no significa que cualquier decisión del FMI, el Banco de España, la CNMV, el gobierno Zapatero o las recomendaciones «desideologizadas» del gobierno alemán, sean la adecuada, única o adecuada ví­a de solución.

       Renovemos las cajas de ahorros, mejoremos su solvencia, fortalezcamos sus consejos de administración, controlemos y regulemos su funcionamiento, reordenemos sus funciones financieras, promotoras, emprendedoras y sociales, revisemos el estatus de su personal, etc.  pero no dejemos a las diferentes regiones, a sus territorios diferenciados, a las sociedades y comunidades que atienden, huérfanos de un gran instrumento de bienestar y desarrollo económico.

NUEVA ENERGIA: ¿Quién y cómo la paga?

Inmersos en pleno debate sobre el déficit eléctrico,el «nuevo» incremento acelerado del precio del petróleo,las idas y venidas de las sucesivas apuestas ( en algunos casos tan solo en el discurso) por las energí­as renovables y la economí­a sostenible y verde y las constantes protestas de los consumidores ante el incremento de sus recibos de la luz,nos encontramos con una positiva -en mi opinión-aportación de la Presidenta de la Comisión Nacional de la Energí­a española, Marí­a Teresa Costa.

Al hilo del debate en torno al coste de las primas de la energí­a fotovoltaica en el sistema eléctrico español, la Sra. Costa ha elaborado un informe al respecto en el que «considera necesario plantear la posibilidad de que el coste de los precios de las energí­as renovables no solo recaiga sobre los consumidores de la luz sino que sea también asumido por otros colectivos».Si bien el Informe no va más allá en esta idea, merece la pena destacar esta ví­a ( no necesariamente nueva) de gran oportunidad.

En un mundo en el que cerca de 1600 millones de personas no tienen acceso a la electricidad o  en el que otros 400 millones lo hacen de manera limitada e ineficiente, en el que las deficiencias de infraestructuras de transmisión y servicio convierten en zonas aisladas a crecientes poblaciones urbanas de todo tipo y nivel económico y de bienestar,o en el que no existe región y/o gobierno alguno que no se plantee «una nueva estrategia energética ( casi siempre, verde, renovable y sostenible) para los próximos 25 años a la qu pide no solamente garantizar el acceso de sus ciudadanos y empresas a la electicidad, sino que lo haga de manera competitiva, social, a la vez que sirva como instrumento para la generación de nuevas industrias y empleos de futuro, capaces de transferir el control a los agentes locales y facilitar el desarrollo económico y social de su territorio y ciudadanos, en condiciones  adecuadas de financiación que no pongan en riesgo las arcas públicas del gobierno implicado», parecerí­a inevitable redefinir la financiación de la electricidad y el acceso, uso y disfrute de la misma en condiciones realistas que no se limiten a la decisión del Ministro de Energí­a del gobierno correspondiente  para trasladar su coste al famoso recibo de la luz.

Si resulta evidente que el elevado coste demandado no puede ser trasladado al individuo, empresa o usuario final en su totalidad, ¿Cómo asignarlo al conjunto de stakeholders e implicados? ¿Una tasa de carburantes? ,¿Una tasa asociada al fomento de proyectos especí­ficos de I&D considerados asociables a las estrategias energéticas afectables?,¿Una tasa para el desarrollo sostenible y/o para la industrialización en la región correspondiente?,¿Acudir directamente a los Presupuestos Generales y otorgarle el caracter de bien necesario y de utilidad pública cuya universalización ha de ser garantizada propiciando el acceso a una electricidad eficiente ,competitiva y sustentable?…

Lo dicho. Una ví­a,una oportunidad para superar el perverso debate entre primas,tipos de energí­a y lucha de suma cero.Otro complejo camino a recorrer…

 

Otra vez MODELO AUTONí“MICO VS. CRISIS ECONí“MICA…

     Ha pasado casi un mes desde mi último comentario advirtiendo sobre el peligroso movimiento generador de culpables o causa única de los males de la economí­a española en torno al modelo autonómico y ,hoy, desgraciadamente, constatamos una generalizada discusión en torno a la «imperiosa necesidad de controlar tan despilfarrador e irresponsable fenómeno que genera desconfianza en los mercados e impide la superación de la crisis que atraviesa el estado español».

     En su ya habitual y cansino estilo de anunciar «medidas firmes y trascendentes» , en un marco de aparente solemnidad exento de credibilidad,el presidente del gobierno español,declaraba al Financial Times su determinante intención en controlar y poner firmes a los diferentes gobiernos de las Comunidades Autónomas del Estado ( se supone que incluí­das las gobernadas por miembros de su partido),impidiendo el irresponsable despilfaro, excesivo endeudamiento, deficiente gestión de sus responsabilidades públicas e injerencia en competencias correspondientes a otras administraciones, recordadndo que ,en última instancia, quien manda es él.Así­, quien tenga por hábito leer la prensa financiera británica se habrá enterado que se ha iniciado un proceso de re-centralización, supresión e intervención de los legí­timos poderes constitucionales de las Comunidades Autónomas de la mano unilateral del Sr. Rodrí­guez Zapatero.

      Más allá de derechos y leyes, convendrí­a recordar-una vez más- que el 80% de la deuda pública española corresponde a la Administración Central, en torno al 7% a los Municipios y un 13% a las Comunidades Autónomas( sin olvidar que el grueso preocupante de la deuda española es privada y no pública) . Merecerí­a la pena recordar que el gobierno español autoriza o deniega la emisión de deuda de las Comunidades sujetas a su control competencial en la materia,que son las Comunidades Autónomas quienes tienen asumidas competencias en materias de salud, educación , bienestar social y polí­ticas activas de empleo por citar algunas relevantes en momentos de crisis-que suponen más del 60% de los presupuestos de los gobiernos autonómicos- y conviene añadir que, desde el inicio de la transición democrática y generación del llamado estado de las autonomí­as, el gobierno central no ha dejado de crecer duplicando áreas competenciales,provocando confusión en el escenario de traspaso de competencias y bienes y servicios asociados con las mismas, jugando a interpretaciones unilaterales a su antojo, supeditando la eficiencia del modelo a las necesidades coyunturales y partidarias de cada momento.Pretender ahora, explicar el fracaso de su estrategia económica, su incompetencia para facilitar la salida de la crisis y «tranquilizar al temido mercado» por el mal comportamiento autonómico suena,cuando mmenos ,a excusa frí­vola.      

       Una vez más conviene recordar un par de elementos clave a considerar:

1) Gran parte del éxito de crecimiento y bienestar logrado por el Estado español en beneficio de sus ciudadanos ,territorios y empresas se explica por la existencia de un modelo autonómico, descentralizador, facilitador de competencia innovadora, generador de mecanismos próximos de participación y control y cierta capacidad de cuestionar el pensamiento único de la élite centralista del Estado.

2) El modelo autonómico ha resultado exitoso pese a enormes lagunas y errores en su desarrollo ( Estatutos sin completar, paralisis competencial, leyes básicas rí­gidas y así­ntonas con las funicones que pretenden, excesiva recuperación competencial con la excusa de la integración en la UE,burocracia centralizada,…) y el temor a entender las verdaderas demandas de la sociedad-en determinadas Comunidades-que no se sienten confortables con el actual status quo y pretenden, de forma légí­tima y democrática, un nuevo espacio de relación ,

3) la crisis económica por la que atraviesa el Estado español no es un mero reflejo exógeno que se superará con el tiempo.Se trata de una crisis de modelo económico, de estructura y de competitividad que exige reformas en profundidad ( no se  trata de ampliar la edad de jubilación en dos años,por ejemplo).Esta ausencia de reformas es lo que los «mercados» observan dí­a a dí­a y hace que los ciudadnos y ahorradores comunes y corrientes ( empezando por quienes invierten en fondos a través de los funcionarios y los sindicatos por citar algún ejemplo) no confí­en en la economí­a española y, en la medida de lo posible, opten por otros caladeros.

       La economí­a española presenta un panorama delicado para el 2011: lentí­simo y escaso crecimiento,excesivo y creciente desempleo y ,además, una asfixiante incertidumbre,en un marco económico-polí­tico-comunicador nada propicio para abordar estrategias transformadoras,completas y coherentes.Dichas reformas pasan ,entre otras cosas,por aumentar su competitividad.Harí­a bien el Presidente del gobierno en explicar al FT sus planes para lograrlo:capacidad de producí­ón de los trabajadores comparados con el equivalente alemán, eficiencia de la maquinaria y equipos de la empresa española respecto de Holanda,inversión equivalente ( recursos y output) de la I& D a la finlandesa,excelencia educativa en Matemáticas, lectura y ciencias- al menos por encima de la media europea-,adecuación de la formación ( no solo profesional sino universitaria) a la demanda real del mercado de trabajo, transformación de la función pública y la gestión pública del Estado,transformación de los órganos reguladores,capitalización del sistema financiero…o incluso, limitarse, a definir el plan de acción para llevar a cabo la famosa Ley de Economí­a sostenible «que harí­a de la economí­a del ladrillo una próspera economí­a de empleos limpios y de alto valor añadido» .

    Quizás de esta manera, se entenderí­a oportuno un amplio y profundo debate sobre el modelo de Estado ( muy necesario y en el que España se juega su futuro) no para controlar el endeudamiento de 13 gobiernos duplicados sino para responder a la libre confortabilidad de los pueblos y naciones que ,hoy,lo componen.También es un debate económico.

SIMPLIFICANDO AGUJEROS NEGROS EN LA ECONOMíA ESPAí‘OLA…

        A vueltas con la incertidumbre, pesimismo y desorientación en la dirección de la economí­a española, una tras otra, y de manera continua ,a la vez que aislada, se van generalizando recetas simplificadoras que parten de la repetición mediática de mensajes falaces que pretenden concentrar los males y desgracias en un determinado elemento que ha de asumir la responsabilidad (culpabilidad) de lo que pasa.Es el caso de las Comunidades Autónomas y su elevado  y galopante endeudamiento.

      A la escasa fiabilidad de diagnósticos, cuentas públicas  y previsiones que el gobierno español ha venido aportando desde el inicio de la crisis,toca el turno a la campaña anti Comunidades Autónomas ( escandalosa duplicidad de servicios; excesivo gasto fuera de control;servicios,entes y empresas públicas innecesarios;fragmentación de la unidad de mercado y atentado a la competitividad y libre competencia empresarial;destrucción de la «Unidad del Estado»…) «amparada» en una confusa declaración pública de la Vicepresidenta económica del Gobierno:» las Comunidades Autónomas han presentado unas cuentas correctas y cumplen con los compromisos si bien debemos profundizar en una serie de servicios, gastos y datos en torno a su sector público empresarial…» que no hace sino dar pie a la desclaificación de su papel,animado por el -una vez más-reclamo de la nueva cúpula patronal que solicita «un mercado único español».

       Ante esta enfermedad simplificadora ,y tantas veces denunciada en esta columna en relación con el peligro del «pensamiento único» que nos ha traido hasta aquí­, conviene recordar algunas consideraciones clave:

1) Uno de los factores de éxito que explica el crecimiento y desarrollo del Estado español en los últimos 30 años, no es otro que el llamado Estado de las Autonomí­as. Pese a su mediatizado impulso y la persistencia centralizadora del establishment perpetuo que, por definición, se empeña y empeñará en proteger sus privilegios heredados ( élite funcionarial, acceso y lobby gubernativo y empresarial,infraestructuras con origen-destino en el centro, deslocalización y globalización «de los demás»,centros fí­sicos de poder-desde el mercado de capitales y mundo financiero,pasando por todo instrumento regulador de mercados e industrias hasta la concentración de la inversión extranjera y la domiciliación de los mundos de las relaciones exteriores,la investigación,etc….) la generación de 17 gobiernos autonómicos ha acercado los servicios y administración a los ciudadanos, ha favorecido el control( sí­,también, aunque en determinados lugares parezca lo contrario),ha constituido fuentes de innovación, competencia y desarrollo económico y social y ha posibilitado un equilibrio y contra poder demandado por las leyes de las que democraticamente se han dotado los ciudadanos.

2) Esta ventaja competitiva, aunque no lo fuera más que desde el punto de vista económico,necesita ser preservada y potenciada.La desigual geografí­a y economí­a española necesita decisiones estratégicas variables y diferenciadas atendiendo a las necesidades reles de las diferentes regiones, en lí­nea con las tendencias mundiales sobre crecimiento y desarollo sustentables desde los infra estados.

3) La composición del gasto autonómico es necesariamente distinto al de una Administración Central:Sanidad, servcios sociales, educación, transportes ( salvo aquellas infraestructuras cohesionadoras y de «interés general»),servicios públicos municiples consorciados, polí­ticas industriales, vivienda,empleo…. son propias de estos niveles de administración.Quizás convenga empezar por recordar que el ESTADO está formado por el conjunto de las administraciones e Instituciones e los diferentes niveles.No es sinónimo de gobierno español y/o Administración Central.

4) La deuda pública es una variable crí­tica a controlar y gestionar.No existe un lí­mite mágico.De lo que se trata es de actuar sobre la totalidad de las variables e instrumentos que posibiliten definir una estrategia sostenible en el largo plazo. No un recetario y goteo de medidas ( baste observar el esperpento que en estos dí­as se convierte la Ley de Economí­a sostenible -poca economí­a, menos sostenible y que nace fracasada para responder al intento anuncaiado por el Presidente del Gobuierno para modernizar y cambiar el modelo productivo español-y la Ley de acompañamiento de los presupuestos transformada en un cajón de sastre en el que cabe todo sin coordinación alguna generando un despropósito de la mano de cientos de enmiendas transaccionales olvidando el objetivo final). ¿En que se parece el presupuesto pactado para su aprobación hace unos meses con el escenario y coyuntura económica actual,las previsiones sobre el que se trabajó y lo que resulte la próxima semana?

5) Ya existe un chivo expiatorio.Es indudable que no todas las Comunidades Autónomas lo hacen bien, que son muchos los capí­tulos de gasto a revisar, que son muchos los instrumentos que aportan poco valor.De lo que se trata es de modernizar la administración y transformar los diferentes gobiernos.Se trata de reinventar la gobernanza,SI. Pero toda y a todos los niveles.Lo fácil es aplicar porcentajes generalizados de reducción del gasto ( y de la deuda).Lo creativo y sostenible es definir una estrategia completa a cuyo servicio deban alinearse el conjunto de las Administraciones Públicas.Cada una desde su reponsabilidad.Empecemos por la Administración Central.Esta semana tiene una buena oportunidad: modifique sus presupuestos, abandone toda paratida de gasto que no le corresponde, no se entrometa en otros niveles de la administración, corte el grifo clientelar de las subvenciones que no añaden valor, suprima servicios periféricos…renuncie al fraudulento uso de las leyes de acompañamiento presupuestario para falsear el debate del legislador y el control participativo de la Sociedad.Suprima nuevas leyes de armonización autonómica como la mal llamada y peor concebida Ley de Economí­a sostenible…Un nuevo modelo, un nuevo impulso potenciando las estructura de infra estado.

     Adiós al pensamiento único. Adiós a criminalizar el agujero negro autonómico. El asunto es algo más complejo aunque el gobierno de la Rioja tenga más de 20 Audis, o Extremadura se dote de un Defensor del Pueblo propio,ó…Asuntos que,por supuesto, también habrá que explicar. Pero no se pretenda resolver el futuro, desde la crisis,empeñados en identificar culpables simplistas sin actuar sobre el todo:ayer edad de jubilación, anteayer congelación temporal de las antes llamadas inversiones estratégicas,hoy eliminar las solidarias y progresistas ayudas irrenunciables y ,por supuesto, suprimir un Estado descentralizado para volver al pasado.

CO-CREACION DE VALOR…

   

         La negativa percepción generalizada del papel que determinado mundo empresarial,en especial en la indutria financiera y del mercado de capitales,viene jugando tanto en la generación como en la profundidad de la crisis,es un extraordinario reclamo para abordar con claridad los cambios que ,de forma inevitable, han de darse en su seno.

          Normalmente, se ha entendido que el noble y comprometido esfuerzo empresarial es generalizable al 100% de sus actores, que la empresa es la unidad esencial de la economí­a y que las bondades de la generación de riqueza se concentra en la iniciativa privada empresarial, entendiendo -además-que su contribución es ufruto automático de la contratación de personas ,los impuestos pagados y los beneficios indirectos aportados así­ como por aportaciones adicionales ,voluntarias, al desarrollo de la Comunidad en muy diversas áreas.Así­, en momentos de crisis como el que vivimos parecerí­a insensato hacer comentario alguno que pudiera debatir el rol real de la empresa en este proceso de salida de la crisis.Basta observar cualquier encuentro entre los diferentes agentes económicos y gobiernos para comprobar que las medidas solicitadas se concretan en amplios recetarios para la actuación de los gobiernos,nunca de las empresas, dando por sentado que la empresa hace todo lo que tení­a que hacer ( y lo hace bien) mientras que son agentes terceros quiene slimitan su desarrollo.

          Con este mensaje de fondo,el habitual seminario anual de la red MOC (Microeconomí­a de la Competitividad) que nos ha reunido a cerca de cien profesores representando a otros tantos  Universidades e institutos de competitividad afiliados ,con presencia en los cinco continentes,bajo la dirección del profesor Michael E. Porter y su Instituto de Estrategia y Competitividad en la Universidad de Harvard,ha permitido fortalecer el debate  tras constatados avances en la investigación y evaluación de la eficiencia de la clusterización, aglomeación orientada y especializada y localización inteligente de las diferentes empresas e industrias en determinadas regiones debidamente institucionalizadas,centrando el analisis en la ya extendida corriente renovadora en favor del modelo de competitividad y bienestar basado ,entre otras cosas, en la interdependencia económia-sociedad. Y ha sido precisamente en este marco, en el que      hemos tenido la oportunidad de compartir con Michael E.Porter su compromiso con la nueva lí­nea de pensamiento que viene transmitiendo desde el año 2006 con sus primeros artí­culos en relación con la Estrategia Empresa-Estrategia Sociedad como filosofí­a de co creación de valor.

       En un momento de profunda crisis en la que algunos preconizaban la ¨reinvención¨ del capitalismo en una aparente referencia a la nueva reglamentación de los mercados financieros y de capitales (todaví­a esperada),Michael Poter profundiza en la mencionda crisis planteando una salida o reinvención del sistema desde la empresa,como unidad de generación y creación de riqueza, si bien uniendo dicho valor a su impacto directo en la Sociedad.Porter destaca el fracaso de las empresas y ,en especial de las grandes corporaciones,en su rol creador de riqueza más allá de las ganancias tradicionales esperables no dando respuesta a las necesidades de la Sociedad y proclama las diferencias existentes entre una forma u otra de obtener beneficio,afirmando que no todo beneficio empresarial es positivo o deseado.Existen «malos» beneficios, aquellos que no se vinculan a la solución real de las demandas sociales.Propugna la inevitable revisión de la cadena de valor y la manera de realizar las diferentes actividades y los objetivos perseguibles,la definición de nuevos modelos de negocios y la reconsideración de los generalizados mecanismos de externalización,outsourcing,logistica,compra y aprovisionamiento,así­ como su consecuente localización/deslocalización.La generación de riqueza y ganancias ha de ser simultanea con la solución de las necesidades sociales y son precisamente estas las principales fuentes de innovación del futuro.Solamente llevando a cabo este recorrido,las empresas serán capaces de reconciliar su  deseada positiva valoración en las sociedades en las que están inmersas, se encontrarán respaldadas por todos sus agentes interrelacionados (stakeholders) y seguirán desempeñando un papel esencial en la creación de riqueza y bienestar.Esta simbiosis de objetivos es la co creación de valor.

       CO CREACIí“N DE VALOR que no ha de venir motivada ni por principios éticos,ni por actitudes filantrópicas (bienvenidas todas ellas) sino por la intrí­nseca necesidad empresarial de generar beneficios.Más allá de la llamada responsabilidad social corporativa y de teorí­as re distributivas ,se trata de generar y distribuir a la vez.Una sola moneda con dos caras indisociables.

       Sin lugar a dudas,el pensamiento generalizado-una vez más-en auge en favor de la clusterización de la economí­a ve reforzado su papel en su clara foortaleza para afrontar la simbiosis economí­a-territorio en un nuevo mundo cada vez más regionalizado y próximo,en el que la empresas y las personas necesitamos un «propósito»para orientar nuestro compromiso y dedicación al servicio de la solución de las necesidades de las personas.Será el nuevo espacio de debate y pensamiento de las próximas décadas.Definitivamente,frases como»lo que es bueno para la General Motors es bueno para América¨ también han desaparecido con la crisis.

 

«El enemigo invisible» y la «conspiración anti economí­a española»…

        A lo largo de las intensas semanas de tensiones, incertidumbre y preocupación en relación con la economí­a española y ,en especial, con las posibles intervenciones, acciones extraordinarias, etc. que pudieran afectarle de forma negativa  y,el posible arrastre a terceros, se generaliza un mensaje equí­voco de auto justificación desde las portavocí­as del gobierno español. Se tratarí­a de presentar una economí­a española relativamente sana, fortalecida por polí­ticas positivas en marcha y por una clara y determinada calidad de sus principales agentes económicos presentando al mundo la excelencia de su banca internacionalizada así­ como de empresas lí­deres en el nuevo cuño de las «multinacionales españolas».Bajo estas premisas, se transmite la idea de que la economia española se ve afectada por una especie de «conspiración artificial debidamente orquestada desde ese mercado invisible que ha de controlar todo en función de intereses bastardos».Por tanto, parecerí­a que el acento ha de ponerse en la búsqueda del «enemigo invisible».

         Sin embargo, cuando se tiene la oportunidad de sobrepasar la lectura de la prensa estatal y se vive la economí­a real en el exterior,conversando con empresarios, gobernantes,politólogos, inversores y ciudadanos de a pie ,y se comprueban sus posiciones respecto de la economí­a española, surgen muchas luces rojas que parecerí­an indicar el camino hacia un enemigo no tan invisible sino hacia un enemigo real,autóctono, que nace y se desarrolla en el seno de la propia economí­a española.Dicho enemigo propio parecerí­a transmitir una serie de señales claramente observables, como por ejemplo:

1) la excesiva y descontrolada deuda externa española ( 167% del PIB) que no solamente cuestiona inevitables reformas del sector público español y sus diferentes polí­ticas sino la preocupante debilidad estructural de la deuda privada, especialmente conecentrada en pocos bancos con delicadas posiciones en paí­ses objeto de intervención,

2)la pérdida de crédito internacional  del gobierno español cuya actitud-lejos de las declaraciones formales de apoyo-ante la crisis es vista como inadecuada y lejana a la capacidad de afrontar una estrategia no ya de salida sino de reinvención de un nuevo modelo económico, tantas veces anunciado y con tan escaso desarrollo hasta el momento,

3)la suma de percepciones negativas de un paí­s fuera de control ( estado de alarma provocado por la caótica gestión del control aéreo, poniendo de manifiesto el ineficaz sistema de relaciones laborales, derecho de huelga, rol de los funcionarios, generalizada crisis en la construcción y sector inmobiliario,dudoso proceso de intervención en el sistema de Cajas de Ahorros con mensajes contradictorios entre la jubilación temprana y «millonaria» de sus empleados versus las reformas de pensiones anunciadas,la imagen de un presidente de la patronal envuelto en todo tipo de sospechas en torno a la mala gestión y lobby favorecedor de intereses individuales…)

4) la inseguridad jurí­dica y de negocio en las diferentes industrias reguladas ( claro ejemplo la energí­a) con cambios constantes en el marco de actuación y reglas de juego,

5) la confusa interacción entre agentes sociales  y gobierno en la estrategia económica

6) la acción absolutamente opuesta entre los partidos polí­ticos mayoritarios que marcan sus espacio deiferenciado hasta la conclusión de las elecciones, en un calendario de doble cita en los próximos dos años ,impidiendo contemplar acuerdos  y espacios compartidos.

       En definitiva, en el exterior, la «MARCA ESPAí‘A» hoy no vende.Más bien ,penaliza las expectativas de futuro( en especial cuando las estimaciones de crecimiento económico y ,sobre todo, creación de empleo, cohesión y estabilidad se contemplan remotas).Es por tanto comprensible no ya que el inversor dude de la bondad de la economí­a española y opte por otro tipo de alternativas.No es un enemigo invisible ni es una conspiración para eliminar un competidor.Es ,por el contario, una razonable reserva ante la incertidumbre, la desconfianza y la observación de una escas propuesta clara de futuro.El «enemigo invisible está dentro de casa.Es  la no toma de decisiones completas y coherentes en torno a un proyecto real, es la sucesión de goteos de iniciativas hacia atras y hacia adelante,es la propaganda triunfal frente a la realidad,es la sensación de una falta de rumbo.

       Si se entiende que el enemigo es superable con acciones positivas, con la firmeza de una estrategia de transformación radical de aquellos pilares del supuesto nuevo modelo económico a partir de las fortalezas reales del Estado español y se hace desde la concepción del mundo real que nos rodea y no se está a la espera de «mejores momentos» o de la finalización de las próximas contiendas electorales,no habrá más enemigos invisibles ni conspiraciones internacionales.Una vez más, se trata de construir un futuro propio, desde dentro, sobre diagnóstico certeros y compromisos reales.

Huelga a la española:Gobierno y sindicatos empate y consenso…

    Cuando estamos a pocas horas de concluir la Jornada de Huelga ( convocada con excesivo retraso, meses después de la entrada en vigor de la «Reforma laboral impuesta por el gobierno para provocar su rectificación y modificación») y observamos lo previsto:un empate pactado que no hiera demasiado a nadie para seguir igual y no recordar al dueto UGT-CCOO que han sido precisamente ellos quienes han co-diseñado y aplicado las polí­ticas laborales de los últimos 30 años ni al gobierno su complicidad estructural con el modelo,más que entrar en valoraciones de impacto y coste de horas perdidas ,eficacia del gesto o  sentido de un derecho tan relevante a la vez que mal ejercitado,conviene destacar lo que en verdad deberí­a ocupar a gobiernos, sindicatos ( todos los representativos y no solamente los dos oficiales),empresas ,trabajadores y desempleados:reformar el mercado laboral en su totalidad.

         La llamada crisis global y generalizada no afecta a todos por igual.La economí­a española no puede esperar a que «un nuevo ciclo»,»un nuevo modelo económico caiga del cielo» o que una «Cumbre Global» a la que su gobierno sea invitado-aunque solamente sea a cenar-dicte recomendaciones concretas para superar los problemas estructurales que padece.Seguir haciendo lo mismo,proclamando que la «paz social pactada» durante años ha generado esta bonanza del pasado y que el cambio de modelo llegará sin más, es una quimera que solamente beneficia a quienes perteneciendo al establisment renuncian a construir el futuro.El modelo español ha generado y seguirá generando desempleo,escasa productividad,y-en consecuencia- un empobrecimiento paulatino.

    El cambio de modelo y una reforma ( imprescindible) de alto calado no es cosa sencilla,ni puede relizarse en solitario.Pero es inevitable.El modelo de negociación colectiva se ha alejado de la empresa y los centros de trabajo,se ha uniformizado de manera artificial, ha enarbolado la defensa de los derechos de los trabajadores sin reparar en la rigidez largo placista, la escasa flexibilidad sostenible ,la necesaria combinación flexilidad-seguridad y su incidencia en la competitividad y bienestar de los trabajadores, empresas,Paí­s y ,por supuesto, ciudadanos con deseo y necesidad de empleo.La verdadera representatividad ha sido sustraida por una no transparente información y control unilaterales de los sindicatos mayoritarios ,y la «estabilidad de los agentes sociales» se ha acomodado a mecanismos e instrumentos de financiación que han tolerado unos ineficaces sistemas de intermediación en el mercado de trabajo,inoperantes  oficinas de empleo,improductivos esquemas de formación ocupacional no ajustados a las demandas empresariales y económicas .El sistema de consenso tripartito(Gobierno-CEOE-UGT/CCOO) ha fracasado.

      Visto desde Euskadi, con los ecos del revuelo mediático por el reciente acuerdo de «transferencia de competencias sobre polí­ticas activas de empleo» ,contemplamos un pequeño rayo de esperanza:que no se haga lo mismo que en el conjunto del Estado español.Si los nuevos recursos y nuevos responsables han de copiar un modelo fracasado perderemos una gran oportunidad.Si por el contrario,quienes durante décadas se opusieron a su traspaso ( PSOE-PP y UGT-CCOO) y hoy deben administrarla valoran la trascendencia de este instrumento, afrontan un delicado compromiso y propician un nuevo caamino,estaremos en ví­as de reformar un modelo obsoleto e inoperante.El primer paso serí­a reconocer el papel esencial que juega un marco autónomo de relaciones laborales y la necesidad de atraer a él a los verdaderos agentes representativos para maracar una nueva hoja de ruta.Mercado laboral,negociación colectiva,empleo e intermediación,relaciones socio laborales,inspección de trabajo, formación reglada y ocupacional,educación… pilares esenciales de cualquier modelo económico y, en especial, si se trata de uno NUEVO que a juzgar por la opinión generalizada, es lo que se necesita.Complejo,largo placista,sí­.¿consenso?Pero,paso a paso…Romper un empate que no beneficia a nadie.

CRISIS Y GLOBALIZACIí“N…

         El que la crisis (ésta y cualquier otra en el tiempo) se extiende a lo largo del mundo no significa que deba ser definida como global.  Más bien, uno de los mayores obstáculos para superarla reside precisamente en esta mala calificación. Su atributo «global» nos lleva a una errónea consideración de sus causas y, sobre todo, sus posibles ví­as de solución.  El concepto «global» parece llevarnos al equí­voco  de una «etiqueta idéntica», de igual intensidad, que requiere una receta única y, necesariamente, obligue a a una toma de decisiones  unitaria y centralizada en «algún remoto lugar por aquellos que no conocemos y a quienes no somos capaces ni de controlar ni de pedir explicaciones por sus resultados y consecuencias».  El carácter global exime de compromisos y responsabilidades: «otros la provocaron, otros habrán de resolverla…».El atributo  «global» nos ha hecho demasiado daño: solamente seguimos «/ noticias mágicas» a lo largo de todas las cadenas de comunicación del mundo.  Aparecen y desaparecen cuando a «alguien» le interesan atendiendo a sus prioridades.  Así­ sucede con la crisis económica, los «G-N» que han de reunirse a cenar para resolver todo mal y en cuyo oráculo deben basarse todos los gobiernos del mundo para justificar sus polí­ticas ya que «hacemos lo que han recomendado los organismos internacionales».  Así­, entes sin cara y ojos, sin responsables directos, sin someterse a control democrático alguno, deciden si se deben reducir los sueldos, suprimir la inversión pública, establecer co-pagos, eliminar estructuras de gobierno… Los FMI, Bruselas, G-20, «los mercados», etc. dictan órdenes y todos debemos aceptarlas y agradecerlas.  Falso. Todo Paí­s, Gobierno, Empresa padece su propia crisis y disfruta su propia bonanza.  No hay dos escenarios iguales, dos estrategias iguales y dos organizaciones idénticas.  Se pueden «compartir» elementos similares, pero  se necesitan soluciones distintas.La evidencia de «n» paí­ses, continentes, gobiernos, industrias, empresas en diferentes estadios de crisis, dificultad, desarrollo y/o éxito ,recomendarí­a afrontar polí­ticas y compromisos propios.  Esto es lo que debemos exigir a nuestros lí­deres (gobiernos, empresas, terceros) y a todos y cada uno de nosotros desde nuestro diferente papel y responsabilidad.  Solamente haciendo propia la crisis, su responsabilidad, desafí­o y gestión, seremos capaces de ganar el futuro. Se puede y debe gestionar la crisis de manera diferenciada.  Se puede y debe establecer una estrategia propia.  La realidad es que hoy, cada paí­s y agente institucional, económico o social, ya lo hace: algunos gestionan estrategias centrales, otros no; algunos dirigen su salida de la crisis, otros no; algunos conviven con las crisis, otros se han propuesto vencerla construyendo un futuro distinto.

    Hoy observamos un par de noticias y actitudes en direcciones opuestas: 1) Estados Unidos ,de la mano de su presidente Obama,propone al Congreso un Plan Extraordinario de Inversiones en Infraestructuras para reactivar la economí­a, reforzar las capacidades aceleradoras del crecimiento y desarrollo y mitigar el desempleo ( 50.000 millones de dolares destinados a infraestructuras fí­sicas, redes eléctricas verdes e inteligentes y renovación de estructuras tecnológicas.Cantidad equivalente a los Fondos de Desarrollo 2000-2006 destinados por la UE para España y,por decir algo,5 veces las pérdidas ya declaradas por la multinacional BP por el accidente del Golfo de México ). 2) Por otra parte,  España, ( Esta misma mañana se hace público un último estudio de la FUNCAS coincidiendo con la anunciada salida del Ministro de Trabajo -el peor valorado del Gobierno-para «reforzar la candidatura de su partido en Cataluña(sic)»). Según Funcas, la economí­a española crecerá el próximo ejercicio un 0,4 por ciento,  pero estima que la tasa de paro este año se situará en el 20 por ciento sobre la población activa, subiendo  tres décimas, hasta dejar la tasa en el 20,3 por ciento para el 2011.De igual forma, se observa que una de las planacas del bienestar del estado español de los últimos años ( la entrada de inversión extranjera directa) se ha derrumbado en dos años  desde un  valor de 56.935,5 millones de euroshasta los 11.651 millones de euros, cinco veces menos. Estados Unidos lidera la clasificación mundial.Recientemente, el gobierno español, decidió reucir sus presupuestos en infraestructura( seis meses antes los habí­a anunciado como «estratégicos y garantes del nuevo modelo económico  a perseguir).Adicionalmente, mientras OBAMA pone de ejemplo a las empresas españolas ,lí­deres en energí­as renovables y el modelo jurí­dico-empresarial que lo posibilitó, el gobierno español lo desmonta, genera una enorme inseguridad jurí­dica, ahuyenta a los inversores y sume a la industria en un vací­o e incertidumbre que hace de la nueva apuesta por la «economí­a sostenible» se quede-una vez más- en un recurso demagógico.Así­, mientras un gobuierno ( el español) decide no decidir, no regular, no actuar y destrozar el mercado renovable, 60 000 millones de euros de nueva inversión en 15 000 MW solares a instalar, esperan ,tras las estrategias de otros paí­ses y gobiernos, la oportunidad de orientar estrategias de futuro, superar la crisis y reactivar la economí­a mitigando el desempleo  a lo largo del mundo.

     La crisis afecta a todos, sí­. Pero a cada uno de diferente manera.Y , sobre todo, cada uno exige una salida propia.Global sí­,pero menos.