GRECIA: ¿GESTIONAR DE FORMA DEMOCRíTICA LA SALIDA DE LA CRISIS?

             El anuncio de una consulta democrática a través de un referendum para determinar la aceptación o no de una propuesta externa para la solución de la crisis por la que atraviesa Grecia ha convulsionado mercados de capitales, opinión mediática y gobiernos más allá de las propias confrontaciones internas.

              La crisis griega ha venido condicionando el comportamiento de los diferentes mercados, ha generado una considerable desconfianza en el futuro del euro y su zona de influencia, pone a determinados paises en la mira de posibles impagos y nuevas crisis sistémicas por venir( en especial Italia y España) y ha llevado a la toma de una serie de decisiones de «rescate» que parecí­an haber terminado en un último acuerdo de última hora el pasado fin de semana para dar paso a un largo puente en Bruselas ante una nueva Cumbre del lamado G-20 a la espera de novedades que den pie a un breve espacio de esperanza en términos de estabilidad, crecimiento y empleo.Sin embargo,el Presidente griego,Papandreu ,ha considerado imprescindible consultar a quienes han de sufrir ( y , se supone que a futuro, beneficiarse) las medidas que el citado rescate conlleva. Ni serán las primeras ni las peores consecuencias que en sucesivas decisiones tanto de organismos internacionales como de los «lí­deres europeos» se les han impuesto con la «inevitable» aceptación de decenas de miles de despidos, importantes recortes de pensiones, elevados incrementos en las tarifas de servicios públicos,y un vertiginoso descenso de su estatus previo.Así­, un gobierno elegido de forma democrática para dirigir los destinos de los ciudadanos griegos ha recibido las ordenes de los «mercados» y de algunos dirigentes europeos que han desembarcado en las decisiones propias de su pueblo,para evitar daños colaterales mayores.La misma Grecia que,debidamente analizada, tras largos años de negociaciones previas, fuera incluí­da en la Unión Europea y  la eurozona como consecuencia de intereses polí­ticos, económicos y geo estratégicos en el complejo proceso de construcción europea.Quines dieron el Visto bueno a su incorporación, denuncian hoy la precariedad de su economí­a, el desgobierno y baja intensidad democrática, la mala gestión de sus cuentas públicas y el incumplimiento de compromisos.Y , en consecuencia, reclaman y exigen «la presencia inmediata de su Presidente para dar explicaciones en Cannes».El mundo,preocupado por las consecuencias de una incómoda situación no prevista, da la espalda a las libres decisiones de quienes constituyen el verdadero protagonismo de las medidas a distancia.Una vez más, prima el corto placismo, el llamdo «interés general» ( siempre que no nos afecte de forma directa) y el pensamiento único: «Grecia solo tiene esta salida».¡Dixit!

           En este contexto, tras los batacazos de las bolsas europeas,el creciente temor al efecto arrastre que esta crisis no resuelta supone, el mundo parece focalizar su atención en un único punto. Grecia y Papandreu deben cumplir el mandato «europeo» ( sea lo que sea ya que hasta hoy nadie ha sido capaz de concretar lo que significan los tres puntos del acuerdo europeo en materia de estabilidad, recapitalización bancaria y quitas en la deuda griega que, como siempre, tras el «acuerdo de principios» a altas horas de la madrugada y la vuelta a casa de los presidentes de gobierno europeos, «habrán de ser desarrollados por los técnicos y funcionarios»).Un único mensaje:Por e l bien de todos y la tranquilidad de quienes actúan en el mercado de capitales, Grecia ha de cumplir «su única opción de futuro»,cueste lo que cueste a las personas sobre las que recaerán las medidas a implementar.

          Sin embargo, e incluso en el mejor de los escenarios, suponiendo que el plan acordado sea la  mejor opción para Grecia, nadie parece reparar en el desgobierno permanente de la Unión Europea.Hace años que parecemos inmersos en un mal inevitable en el que la opinión del ciudadano no es importante, no existen mecanismos reales de control democrático sobre las decisiones de los presidentes y ministros de finanzas de los diferentes gobiernos, la Comisión -y , en especial, su Presidente y Comisarios- son una especie de figurantes sin decisión o relevancia alguna y en la que los paises, atemorizados, permiten que Sarkozy y Merckel decidan ,hagan y deshagan, sin mayor acreditación democrática que el peso económico de sus respectivos paí­ses.Resulta insultante ver la forma en que parecen tomar e imponer decisiones mientras el penoso rol de Durao Barroso y colegas «toma nota de la decisión del gobierno griego» como si de secretarios de actas se tratara.Si hace unos años el fracaso del nuevo modelo de gobernanza y constitución europeas propuesto fue paralizado ante las primeras evidencias de consultas democráticas que les dieron la espalda, «el club» decidió erigirse en una especie de «democracia orgánica» gerenciada desde «cumbres de fin de semana» validadas por fotografí­as de grupo,hoy el espectáculo consolida la ausencia de un modelo aceptable y creible.Este es el verdadero problema de Europa. Europa ha paasado a representar el pasado y genera especial desidia en los nuevos jugadores emergentes que dirigen la economí­a de hoy y del mañana.La desgobernanza europea colabora con este rol de segunda que parece condenar a un futuro incierto y escasamente asociado con las esperanzas europeistas con que la Unión se creó.Mientras persista este «dejar estar-dejar hacer» al más fuerte en cada momento, mientras los parlamentos en cada estado miembro no ejerzan su obligado control a sus gobiernos en los asuntos de Europa, la Europa social y polí­tica,además de económica, soñada antaño, no solo se hundirá sino que enterrará las aspiraciones y valores de pueblos y sociedades relevantes.El mundo sigue necesitando a Europa ( pero a la de los valores y las personas y no a esta caricatura de mercados), de la forma que Europa necesita al resto del mundo.Los europeos queremos más Europa.Pero la auténtica,no esta fotografí­a en negativo.

           Resolvamos la crisis griega, SI.Pero, sobre todo, resolvamos la crisis de la desgobernanza euopea.