Big Data: Uso y lí­mites

San Francisco se convirtió -como todos los años- por una semana en la capital de las tecnologí­as de la información aplicadas a la transformación de la economí­a en una Sociedad de la Información, de la mano del Oracle Open World. En torno a 60.000 profesionales de este mundo se dieron cita en tan relevante evento en el que además de las novedades tecnológicas presentadas, el networking y los más de 3.000 casos expuestos aportaron un gran trasfondo al conocimiento.

Adicionalmente, en esta ocasión, su coincidencia temporal y espacial con la celebración de las finales de la Copa América y el triunfo de la embarcación de ORACLE-USA, dio un halo de espectacularidad y notoriedad singular.

En este marco único, como no podí­a ser menos, ha cobrado especial relevancia un tema cuya complejidad e implicaciones de toda í­ndole (polí­tica, social, tecnológica…) ha de acompañarnos de manera significativa: el «Big Data».

El hecho positivo de disponer de una capacidad de almacenamiento y gestión de la información como el alcanzado en estos momentos es único en nuestra historia. Empresas y gobiernos podemos acceder a una información casi ilimitada pudiendo aplicarla en la práctica totalidad de campos tanto del management, el consumo personal, la salud (y esencia de la misma) tanto desde su conocimiento histórico y estadí­stico como, sobre todo predictivo, facilitando cualquier proceso de toma de decisiones. Complejidad informativa, simplificación tecnológica, generalización en su uso y acceso, abaratamiento de costes finales y todo un mundo de oportunidades al servicio de una Sociedad más y mejor informada.

Ahora bien, ¿Estamos preparados para gestionar y aplicarla de forma adecuada? ¿Quién y cómo controla y establece los lí­mites en el difí­cil espacio fronterizo entre información, libertad y seguridad?

Cómo toda tecnologí­a, su bondad o maldad no están en sí­ misma sino en su uso. El Big Data es una realidad. Su uso controversial, también. Si, además, los novedosos sistemas convergentes Ingenierí­a + Infraestructura + Software se hacen asumibles en la «nube pública», su potencial incremental se prevé ilimitado.

La tecnologí­a está aquí­. Sus posibilidades, abiertas, y dependerá de nosotros y del campo de juego que la propia Sociedad establezca, su buen uso en beneficio del progreso económico y social.

Entre la publicidad incentivadora y la realidad:¿Nueva iniciativa para la América competitiva?

    En mi reciente visita a la Universidad de Harvard, cumpliendo con mis entusiastas compromisos con la red MOC del Instituto de Estrategia y Competitividad de la mencionada Universidad, he tenido la ocasión de mantener una interesante reunión de trabajo con Jan V. Rifkin (Rauner Prfofessor of Business Administration), co-Director -junto con Michael E.Porter- del extraordinario proyecto «Iniciativa para la Competitividad de América» realizado en los dos últimos años por la Escuela de Negocios de la Universidad de Harvard.

    La Universidad decidió aprovechar su extraordinaria y cualificada red de ex alumnos, ocupando posiciones relevantes en las principales empresas, multinacionales y organizaciones relevantes en el mundo de la economí­a y los negocios para preguntarles directamente por sus preocupaciones reales sobre los determinantes de la competitividad, los mayores riesgos y tendencias a los que habrán de enfrentarse en el futuro, las razones por las que deciden invertir en terceros páises, los potenciales beneficios que les llevarí­an a «llevar sus activos y empresas» a América conforme al reclamo del Presidente Obama, su concepción de la nueva ola de la llamada Advanced manufacturing y el rol que tanto ellos como dirigentes empresariales, como sus empresas han de jugar en el futuro en sus compromisos con la Sociedad, el empleo y el bienestar de las Sociedades en que desarrollan sus actividades multi localizadas. Para facilitarles el camino de las respuestas, previamente, una treintena de los más prestigiados y reconocidos miembros de la Facultad, elaboraron un debate académico para establecer las que en su opinión son las claves de esa competitividad bien perdida o en ví­as de ralentización o desaparición de la economí­a norteamericana al hilo de los tiempos. Y, por supuesto, analizadas las más de 20.000 respuestas, contrastados sus resultados, se encargaron de explorar las dificultades de implantación de la posible lí­nea de actuación en la «América real y profunda».

    Si bien no terminan de extrañar muchas de las respuestas (una gran mayorí­a de decisiones de localización e inversión están muy lejos de tomarse tras sesudos y rigurosos estudios coste-beneficio, o de estrategia de negocio o de compromiso de coherencia largo placista con sus empresas y paí­ses sino más bien dan respuesta a impulsos, emociones, oportunidades temporales y situaciones aprticulares corto placistas si bien no a l seguidismo mediático de sus competidores o industria, o la mal comprendida competitividad lleva al cortoplacismo del coste laboral unitario…) resulatn de gran interés e impacto la constatación de un problema base de lenguaje (empezando por la confusión sobre el propio concepto de competitividad, la mala interpretación de la globalización y su interacción con el mundo y efecto local, la excesiva proliferación de rankings e indicadores que se manejan como si de la Biblia infalible se tratara ocultando la realidad económica necesaria para tomar decisiones en las regiones concretas en que han de desarrollarse diferentes actividades de la compleja «cadena de valor extendida» que explica el resultado final de una empresa…). Y, por supuesto, la educación brilla como uno de los elementos esenciales y determianantes de la competitividad a largo plazo. Y no en especial la educación superior y de postgrado -que también- sino la educación vocacional o formación profesional además de la famosa K-12 americana (educación obligatoria elemental y de bachillerato).

    Con estas pequeñas pinceladas, adentrase en la nueva ola del «advanced manufacturing» continúa siendo más un discurso y elemento de interés académico-periodí­stico que una realidad. Iniciativas concretas, proyectos piloto, etc. son objeto de apuesta de diferentes programas públicos y determinados grupos empresariales, si bien no es la ocupación real de las propias escuelas de negocios que siguen explicando las bondades de la «servitización» aferradas a las estadí­sticas «nacionales», tan alejadas de la realidad microeconómica que exolica el empleo, la creación de riqueza y el bienestar. Lejos adeás, de las decisiones de lso gobiernos centrales, alejados del impacto real sobre la economí­a. Son los estados, tan distintos y distantes, en los Estados Unidos, los que generarán la diferencia, y no la legislación general que la negociación/confrontación permanente del Congreso y el mundo del lobby de Washington promuevan.

    Un gran esfuerzo, estupenda iniciativa, un paso más para conocer los verdaderos determinantes de la competitividad, una constatación más del abismo entre la realidad y la percepción de la transformación en curso. Un largo camino por recorrer, una gran oportunidad para seguir aprendiendo a lo largo del mundo.

POLíTICA, GOBERNANZA, CALIDAD Y EFICIENCIA

    La intensa y generalizada desafección aparente por la polí­tica, la descalificación permanente a todo aquello que sea asimilable al ejercicio de la polí­tica y la gobernanza pública parece impregnar toda conversación, opinión ó actitud en el seno de nuestra sociedad.

    Sin embargo, en medio de esta inevitable tormenta -con más de un nubarrón ganado a pulso por malas propias polí­ticas, partidarias y personales- resulta más necesario que nunca evitar la generalización -como en cualquier otra actividad por noble que parezca ó sea- además de su conversión en «escudo y excusa» a nuestras debilidades y comportamientos individuales y colectivos, ya sea en el ámbito personal, profesional ó social. Al hecho de padecer las consecuencias de nefastos y erróneos comportamientos públicos, de soportarlos con el «pago de nuestros impuestos» y de observar, en algunos casos, el mal uso de nuestra representación y voto democrático, no podemos trasladar la responsabilidad única de nuestros males, nuestras aspiraciones insatisfechas, nuestros errores y conclusiones fallidas, nuestras debilidades ó incumplimiento de obligaciones con terceros y con nosotros mismos.

    Todo esto viene a cuento como consecuencia de una rápida lectura a dos documentos de diferente orientación y objetivo desde muy diferentes orí­genes, convergentes en una de las muchas reflexiones  en el seno y meollo del debate. En la prensa de hoy (El Paí­s), Daniel Innerarity (Catedrático de Filosofí­a Polí­tica y Social) aborda «el elogio y desprecio de la clase polí­tica» rescatando el valor de la misma, reivindicando su carácter indispensable y advirtiendo de los grandes males que la ausencia de su ejercicio democrático supondrí­a y llama la atención respecto de la «calidad» imperante en cualquier otro colectivo profesional con una categórica referencia a la «paradoja del último vagón», en virtud de la cuál se animarí­a a suprimir el último vagón de todos los trenes, ya que son estos los más dañados en la mayorí­a de las percances ferroviarios, con una tremenda máxima: «es imposible que unas élites tan incompetentes hayan surgido de una sociedad, que, por lo visto, sabe perfectamente lo que deberí­a hacerse».

    En relación con este aspecto clave, la lectura del Informe de la Dirección General de Polí­tica Regional de la Comisión Europea, «Measuring the Quality of Government and Subnational Variation», elaborado por el Instituto de Ciencia Polí­tica de la Universidad de Gothenburg, Suecia analiza la «Calidad de la Gobernanza» partiendo de una contundente premisa que merece la pena recordar: Un gobierno democrático no es suficiente. Su calidad pasa, además, por la adecuada inclusión/solución de al menos cuatro elementos adicionales cuyo cumplimiento resulta de extrema complejidad: 1) El papel de la ley/regulación, su aplicación; 2) El estado de la corrupción, su prevención, control y erradicación; 3) La calidad y eficiencia de la burocracia y el funcionariado y 4) La fortaleza y calidad de las Instituciones, el proceso electoral, el reparto de poderes, el proceso de nombramiento y separación de los representantes y cargos públicos y de designación.

    Y, por si no fuera poco, la propia orientación del tí­tulo del informe no es casualidad.  El diferente comportamiento de unas regiones y administraciones públicas respecto de otras en un mismo Estado, es diametralmente opuesto. En sus conclusiones, analizado el conjunto de la Unión Europea, por encima de medias agrupan de manera un tanto benévola tres tipos de paí­ses: los solventes, los medios y los mediocres. Y dentro de cada uno de ellos, casos relevantes (en positivo) y casos «de horror» en un mismo Estado. Es el caso de España. Adicionalmente, destaca casos sobre los que aprender (Por ejemplo, con gran satisfacción dedica una amplia descripción al Paí­s Vasco, entre la graví­sima división, por supuesto, en España pero también en el conjunto de Europa) que, en su conjunto, les llevan a la posibilidad de formular una serie de «Consejos» ó lecciones de éxito aprendidas, observadas en aquellas regiones ó subnaciones sobre los que quizás -problemas y grandes mejoras por desarrollos aparte- merecerí­a la pena considerar:

1. Disponer de una prensa independiente, profesional y objetiva, con la suficiente competencia «ideológica» y de «control» entre medios que posibilite el contraste de la «realidad publicada» y ejerza un contrapoder real, a la vez que éste no sea monopolio del «cuarto poder».

2. Una cultura y polí­tica de alta transparencia alentada y estimulada por las propias Autoridades Públicas.

3. Un rico y activo tejido y organizaciones sociales no «atadas» al favor ó beneficios de los poderes públicos.

4. Una Comunidad con elevado sentido de pertenencia, en una cohesionada diversidad, comprometidos con la «losa Pública» de la que se sienten partí­cipes».

5. Elevada «meritocracia» en el anexo a la burocracia y gobernanza.

6. Facilitar sistemas de comunicación, trasparencia y «denuncia activa» de decisiones y malas prácticas ó comportamientos.

7. Incorporación sistematizada de las mejores prácticas y técnicas de gestión público-privadas al servicio de la eficiencia.

8. La importancia del Autogobierno, la asunción del riesgo propio (fiscal, financiero,  medición de resultados, comparación con terceros, medida de impacto económico y social de las decisiones y polí­ticas) y la máxima descentralización y contra poder interinstitucional.

    Obviamente, es solamente un Informe. Es una aproximación. Pero que duda cabe que si al menos nos empeñamos en dar por buenas las conclusiones de ambos documentos y los incorporamos al diseño y práctica de la gobernanza, nos acercaremos a su reclamo de «regeneración de la vida pública» tan necesaria para construir un futuro distinto.

EL MEJOR ALCALDE DEL MUNDO.

The City Mayors Foundation , http://www.worldmayor.com/ hací­a pública la designación del «mejor Alcalde del Mundo» conforme a su ya conocido proceso instaurado hace 8 años.En esta ocasión, el elgido ha sido el Alcalde de Bilbao, Iñaki Azkuna.

Como todo premio, concurren en el agraciado diversas circuntancias que lo explican más allá de las opiniones y valoraciones personales de quien lo contempla. En esta ocasión -como en todos los casos anteriores- una primera condción sine qua non para lograrlo es el éxito y relevancia de la propia ciudad que dirige. En este caso, la Villa de Bilbao es en sí­ misma la ganadora de innumerables premios que le han situado en el referente mundial de la transformación innovadora de las ciudades, más allá de su propia re configuración urbana. Bilbao es hoy un icono de innovación, caso de referencia internacional y el primer ganador del premio Lee Kuan Yeu-llamado a ser «el nobel de las Ciudades» -además de continuas distinciones que, dí­a tras dí­a, van añadiendo valor diferencial a un inacabable proceso de mejora y prosperidad: ejemplo de Ciudad con endeudamiento cero en plena crisis económica y ajustes presupuestarios en todo sector público a lo largo de la Europa recesiva, referente en modelos de transparencia y gobernanza, etc. Proyectos, iniciativas, estrategia de la que ha formado parte, no solamente desde la Alcaldí­a sino desde otras responsabilidades públicas, el actual Alcalde reforzando su liderazgo en estos 14 años de continuos y renovados mandaros democráticos con el respaldo de la mayorí­a absoluta de la población.

Pero si en otras ocasiones hemos destacado, también desde este espacio, las claves del éxito de la estrategia de transformación de la Ciudad Región de Bilbao-Paí­s Vaso, hoy debemos poner el acento en aspecto difeencial del liderazgo y contribución personal. Hoy no se premia a la Ciudad de Bilbao sino a su Alcalde, Iñaki Azkuna, con nombre y apellido. Su estilo de dirección, su cualidad de estratega público, su compromiso y pasión por la ciudad al servicio de los ciudadanos, su capaidad integradora de las procesos colaborativos público-público y público-privado, aportan ese elemento diferencial que hace que una Ciudad sea diferente a otra, que similares proyectos e iniciativas en apariencia, sean diferentes y que muy pocos tengan éxito aunque participen las mismas empresas, se utilicen instrumentos similares e incluso los apoyen los mismo partidos y fuerzas polí­ticas, académicas ó empresariales. Las personas aportan algo más que un pequeño plus y en este caso, la aportación del Alcalde Azkuna a Bilbao es mucho más que ese plus. Por eso, hoy, superada la confrontación con 900 alcaldes a lo largo del mundo.la elección del mejor Alcalde del Mundo, hace que como bilbaino, sienta el orgullo de que mi Alcalde y amigo sea nada más y nada menos que el «mejor Alcalde del Mundo». Ni más, ni menos.

DESTROZAR EL DESARROLLO CON LA EXCUSA DE LA CRISIS

       Hoy hemos conocido los pilares del borrador de una nueva reforma de las administraciones públicas en el estado español.

       La crisis económica por la que atraviesa España  no solamente ha venido a demostrar las enormes debilidades y pies de barro sobre los que cimentaba un crecimiento artificial, una competitividad mal entendida y relevantes falsedades que ,a base de repetidas, constituí­an una aparente «verdad» aceptada que parecí­a garantizar un permanente crecimiento y  sobre la que se apoyaba una insultante prepotencia de ejecutivos express que se pavoneaban a lo largo del mundo en el interior de sus burbujas particulares financiadas por las multinacionales emergentes al amparo del favor oficial «privatizador».Su insano crecimiento financiado o pseudo protegido por el intercambio de «papeles» terminaron estallando,poniendo en evidencia la fragilidad de un sistema financiero del que se presumí­a «como el mejor del mundo». Bastaron dos estornudos para demostrar que las Autoridades del Banco de España, los reguladores,órganos de gobierno y dirección de las entidades financieras ni controlaban, ni planificaban, ni gestionaban ni sabí­an por donde les daba el aire para recurrir al rescate del denostado Estado para que tirase de us presupuestos públicos, acelerara sus niveles de endeudamiento y terminara incumpliendo compromisos con su club europeo, con los proveedores, con los ciudadanos y no haya tenido otra opción( aparente) que recurrir a una desenfrenada cadena de recortes y ajustes de gasto, incremento de impuestos y ,sobre todo, la justificación de actuar sobre las polí­ticas públicas bajo el reclamo de una supuesta eficiencia y modernización de las Administraciones Públicas.

       Bajo esta bandera, aplaudida sin suficiente reflexión gracias a la demagogia dominante de «cuanto menos gobierno mejor» se ha instalado una larga e intensa carrera para destrozar las otroras claves del desarrollo económico y bienestar de los ciudadanos,productividad y eficiencia de sus empresas y generación de riqueza e innovación que habí­an llevado a creer que se tení­a la oportunidad de acceder a los grupos priviliegiados del liderazgo económico mundial.El espejismo se ha convertido en un destrozo de nada menos que el 50% del mercado financiero,llevándose por delante-sin alternativa alguna- el sistema de Cajas de Ahorro argumentando su politización y dependencia de los intereses y polí­ticas públicas en contra de los mandatos del mercado.Este destrozo no ha sido suficiente y la nueva bandera de la centralización surge con aires renovados llegando hasta el máximo de la prometedora eficiencia anunciando nuevas reformas que pasen por disponer de un único Boletí­n Oficial ,de un falso «mercado único», de una «ventanilla única»,de un monopolio de apariencia privada dominado por el amigo público de turno, bajo el descontrol de un gabiente de gobierno que, semana a semana, dicta decretos-ley,incomprensibles, imposibles de seguir  bajo la supuesta competencia de abogados del estado y técnicos comerciales que, en su dí­a, aprobaron un listado de temas en una oposición memorista para dirigir un gobierno que ha sido incapaz de decir hacia donde pretende llevar este otrora «Estado autonómico»-

         Todaví­a hace no más de dos años, en cualquier foro medianamente ilustrado, se destacaba el modelo descentralizador de los últimos años-con sus ineficiencias y desarrrollo pendiente- clave en el éxito del crecimiento y «milagro español».Hoy se ha convertido en el principal culpable.Sin duda alguna, el gobierno español ha conseguido utilizar y manipular la crisis para facilitar una importante desafección con el modelo que ellos mismos gerenciaron durante años.Lejos de cualquier autocrí­tica a su mala gestión,sus corruptelas no controladas y su perversa utilización del poder autonómico generado,han decidido detruirlo y concentrar «el poder,la ideologí­a y el pensamiento» en unas pocas manos ,desde Madrid,por supuesto.La crisis seguirá su curso pero no es cosa suya. Algún dí­a, «la locomotora alemana, europea, mundial» resucitará y volverá a generar los 6 millones de empleos necesarios para recuperar la sonrisa. Entonces, serán otros quienes reconstruyan instrumentos financieros, administraciones innovadoras descentralizadas, servicios eficientes, prácticas participativas y buen gobierno.Entre tanto, ¿habrá que soportar la llamada nueva reforma de las Administraciones Públicas que preparan los expertos de la patronal CEOE,los sindicatos ,el Gobierno y un par de catedráticos recurrentes cada vez que se observan oportunidades para recentralizar y destrozar el sector público?

MEXICO:NUEVO PRESIDENTE Y PACTO PARA LA TRANSFORMACIí“N DEL PAíS.

Contra lo que viene siendo habitual en las tomas de posesión de nuevos gobiernos, caracterizadas por el ataque frontal de los partidos en la oposición, la entrada del nuevo Presidente de México,Enrique Peña Nieto,con la vuelta de su partido -PRI- al gobierno del Paí­s tras 12 años de oposición, ha venido acompañada de un insólito «PACTO POR Mí‰XICO», sucrito por los tres aprtidos mayoritarios ( PRI,PAN y PRD), comprometiéndose a trabajar de manera concertada en favor del fortalecimiento del Estado,la democratización de su economí­a y la ampliación de los derechos sociales y de una nueva gobernanza soportada en una mayor participación ciudadana y la correspondiente evaluación y control de las polí­ticas públicas.El acuerdo se traduce en 95 medidas de largo alcance que habrán de implementarse a lo largo de los próximos seis años, perí­odo del nuevo gobierno, y que obligan a profundas modificaciones legislativas, reorganización de significativos poderes del Estado, fortalecimiento de la autonomí­a federal y de la capital del Estado además de una profunda reforma fiscal y tributaria así­ como una extraordinaria reorientación del gasto público y su financiación.

En el trasfondo de este compromiso subyace un objetivo-vector : crecimiento económico del 5% anual a lo largo del perí­odo 2013-2018.Este objetivo marca un Acuerdo para el crecimiento económico,el empleo y la competitividad.

Objetivo ambicioso que, atendiendo al mencionado PACTO, habrá de conformar una agenda especí­fica que hará de la «introducción de la competencia» en las industrias clave su principal elemento dinamizador. Así­, las dos principales empresas públicas del Paí­s ( PEMEX Y la Comisión Federal de Electricidad) se abrira´na a la coopetencia público-privada, siempre manteniendo la esencia de la propiedad pública de sus principales valores patrimoniales de la población: hidrocarburos y electricidad. Del resto, se podrá transitar hacia nuevos modelos, nuevas fórmulas compartidas de generación y reparto de valor, a la vez que serán los principales focos evaluables y controlables de intensos programas de transparencia y anticorrupción.Adcionalmente, industrias de las telecomunicaciones, medios de comunicación,la cadena alimentaria,minerí­a… habrán de abrirsa una profunda transformación, iniciativas y leyes antimonopolio y apertura controlable por nuevas entidades públicas de supervisión.El sector financiero y , en especial la banca, serán objeto de nueva regulación encaminada a abaratar el crédito a empresas y familias y, adicionalemte, una mayor autonomí­a de lso Estados habrá de facilitar una creciente y deseada descentralización del Estado.El PACTO incluye un intensivo Plan de Inversiones con especial acento no solamente en las infraestrcuturas fí­sicas( ampliamnete detallado en la tecnologí­a digital y la generalización de la banda ancha a lo largo de todo el Paí­s sino de importantes inversiones en equipamiento y calidad educativa, dotación de profesorado, gestión de Centros, y cobertura para la población desfavorecida en su acceso a los diferentes niveles educativos, hacia otro objetivo cuantificado: el 1% del PIB en Ciencia, Tecnologí­a e Innovación.

Y ,como no podí­a ser de otra manera, la reorientación presupuestaria y su financiación exigirá una profuna reforma en su Hacienda y reorganización de la Administración Pública y sus prioridades de Gasto.En especial, dado otro de los grandes compromisos adquiridos: la salud. El compromiso de una universalización real de la asistencia sanitaria obligará a grandes esfuerzos.

En definitiva, una buena noticia.Sin duda, la implementación de este PACTO exigirá un complejí­simo proceso no exento de enormes dificultades, desencuentros y desviaciones.Pero,por encima de todo, y en los tiempos que corren, que un gobierno inicie su mandato de la mano de un compromiso con su oposición,de tal envegadura, merece nuestra felicitación y reconocimiento.

Catalunya-Euskadi: ¿Inteligencia de Estado o irracionalidad conservadora?

A tan solo un par de dí­as de las elecciones catalanas del próximo domingo, y recién constituí­do un nuevo Parlamento Vasco con mayorí­a absoluta soberanista, nadie podrí­a dudar que la próxima legislatura en Catalunya y en Euskadi será, de una manera u otra, un claro avance en lí­nea con un proceso irreversible hacia la reconfiguración de un nuevo modelo de Estado. Los  desafí­os que ambos gobiernos se han planteado en sus respectivos  programas, cada uno con sus caracterí­sticas diferenciales, pasan por la clara concepción de «una Nación en Europa», a construir en  el marco de un proceso democrático y atendiendo a las exigencias que la legalidad (cambiante en cada momento) permita y desde la decisión de sus respectivos pueblos. Ante esta clara posición, los partidos polí­ticos nacionalistas españoles (con los perores resultados y presencia histórica en ambas Comunidades, apoyados en el establishment conservador español del que forman parte, parecen atrincherarse en el discurso del miedo, del uso ilegal de los ministerios de Hacienda e Interior (cuyos Ministros no deberí­an permanecer un solo dí­a más en sus puestos) y de la prensa «especializada en las turbias aguas fecales de las cloacas».

Adicionalmente, la prensa económica enarbola la bandera del miedo y, apoyada en estudios ad hoc sobre hipótesis claramente discutibles, pregona, sin rubor alguno que la banca catalana dejará sus sedes catalanas, el paro aumentará en 500.000 personas (ni uno más ni uno menos), supondrá un coste arancelario de 3000 millones de euros y se atreven a afirmar que «los mercados e inversores» se retiran de España ante el miedo a la secesión. Parecerí­a que aún no se han dado cuenta de la realidad de la economí­a española, de la contradictoria «Marca España» presidida por una monarquí­a cuya torpeza (por no decir más) es observable por cualquier analista, su justicia es puesta en entredicho, su tejido económico inexistente en la mayorí­a de las Comunidades Autónomas con un paro superior al 30 %, con un territorio absolutamente desequilibrado, con un sector inmobiliario aún sin ordenar, con un sistema de Cajas y Bancos destrozado y cuya imagen se ha disuelto como un azucarillo en un charco de agua y con un clamor de las propias Comunidades Autónomas del «café para todos» para que el Gobierno Central se ocupe de la recuperación de competencias, demostrando su poco apego real a una cpacidadd de decisión propia.

En este contexto, lo que en verdad cabrí­a pedir es un poco de «inteligencia de Estado«. Esa interligencia que ha estado ausente a lo largo de estos 30 años de autonomí­a, que no ha sabido entender al necesidad (y conveniencia) de favorecer la confortabilidad y no la obligatoriedad de convivencia en un marco compartido y que no ha sabido interpretar los cambios de los tiempos, tanto en la construcción de espacios de libertad y derechos individuales y colectivos, como de innovación, competitividad y bienestar que exigen instrumentos propios y diferenciados. Esa inteligencia deberí­a repensar el modelo. Se quiera o no, es tiempo de explorar espacios asimétricos, confederales y/o a distintas velocidades. Será el camino a recorrer por el Estado español actual, por la Europa actual y por el mundo en su conjunto.

Ambos procesos, Catalunya y Euskadi seguirán su propio camino si bien su  interdependencia será  mutua y multidireccional (entre ellas, hacia/desde España, hacia/desde Europa).

Resulta ocioso resaltar que cada proceso es único y distinto. Si bien, todos tienen elementos compartibles y condicionantes del resultado final.

En el cortí­simo plazo, la convocatoria electoral en Catalunya se verá condicionada por los resultados habidos en Euskadi y viceversa. Es de suponer, un Parlamento catalán más catalanista, nacionalista y soberanista que el actual, una mayorí­a de gobierno de CiU reforzada, una minoración del peso español-constitucionalista y un avance social de primer orden hacia un nuevo estatus polí­tico que habrá de negociarse y refrendarse en una consulta popular, con el formato que se pueda. Dicho escenario no se improvisará ni vendrá dado de manera sencilla  y absolutamente compartida. Cabe pensar una reacción agresiva desde Madrid y el establishment con episodios alti-sonantes que no hará sino favorecer una desafección catalana respecto de España. De esta forma, las aspiraciones -vascas y catalanas- se verán reforzadas contra otra corriente que propugnará un elemento vertebrador de la Unidad de España desde los partidos mayoritarios del Estado, la implicación de la Judicatura y los medios de comunicación del Estado (como lo estamos viendo) además de una elevada e intensa campaña del servicio exterior español. Se intentará despertar el miedo en los centros de poder económico-empresarial.

No obstante, pese a todo este movimiento, la realidad de los hechos, el avance democrático y el deseo de un futuo distinto irá extendiéndose en ambos paí­ses y, tarde o temprano, España reaccionará buscando «un mal menor» hacia un modelo de relación, de corte confederal, que posibilite un nuevo marco que haga compatible la pervivencia del estado español con nuevas formas de organización polí­tico administrativa de Euskadi y Catalunya en Europa. Es probable que estos cuatro próximos años no culminen con un modelo final pero si se darán los pasos suficiente para acometer un escenario claramente distinto al actual.

De esa llamada «inteligencia de Estado» surgirá el resultado final: EUSKADI-CATALUNYA WITH/OUT SPAIN»

CUANDO LOS AEROPUERTOS Y LAS LíNEAS Aí‰REAS LO ESTROPEAN TODO…

La semana pasada, tras una conferencia ,una periodista me preguntaba el porqué de mi insistencia en destacar la necesidad de un enfoque «clusterizado» y no «sectorial» de la economí­a y mi calificación del mismo como un elemento clave en la competitividad.Le explicaba con una serie de consideraciones y ejemplos entre los que recurrí­ a uno de los clásicos en el estudio de clusters y microeconomí­a: el turismo.

Un par de dí­as más tarde, pude comprobar-por enésima vez- la necesidad de apostar por una clusterización completa de la economí­a.

En un viaje de fin de semana a Portugal, al margen de las bondades del Paí­s y del motivo del mismo en el  que tuve la oportunidad de disfrutar,la inevitabilidad del caótico aeropuerto de Lisboa ( un mal crónico) y la cada vez más desmotivadora atención de las lí­neas aéreas ( en este caso TAP-Portugal) incidieron en una pésima experiencia.Experiencia que ,en principio, creí­ asociar a las debilidades de infraestructura y servicios de nuestros amigos lusos, acentúada por la crisis actual,la intervención económica a la que están sometidos y al anuncio-ese mismo dí­a-del FMI y de la UE de acometer una profunda reforma-recorte- de los servcios públicos y de la organización del Estado. Recordaba mi conferencia de dí­as antes y constataba que de poco vale invertir en rehabilitar la ciudad, construir nuevas infraestructuras, promover su cultura, gastronomí­a y elementos diferenciados si, finalmente, el aeropuerto queda en mil manos inconexas,su señalética resulta contradictoria, la ausencia de puntos de información-del aeropuerto y de la lí­nea aérea-es manifiesta y el pasajero pierde todo tipo de derechos desde el momento de emitir su billete.Una secuencia negra y desesperante: caos en el tráfico de acceso, caos en la facturación, caos en el supuesto control de seguridad, caos en el acceso a las puertas de embarque,agravado por un repentino cambio de puerta y hora de salida con el único aviso e información de un cambio de pantalla en la información de salida ,»retrasado».A partir de allí­, no hubo manera de contactar con nadie ni de la compañí­a ni del aeropuerto,la tarde-noche transcurrí­a,minuo a minuto desde nuestra clara sensación d impotencia, las tiendas y cafeterí­as se fueron cerrando,sus luces apagando y , finalmente, en una situación de casi abandono en un lejano rincón oscuro de la termnal. Finalmente ,llegó la hora de salir y volver a casa. Parecí­a que la pesadilla concluí­a y,todo hay que decirlo, disfrutamos de un buen vuelo de regreso.

Sin embargo,aún nos esperaban algunas sorpresas.Llegar a Bilbao y su aeropuerto de Loiu resulta cada vez menos   recomendable y, en especial, si se trata de un dí­a festivo o nocturno.Grandes inversiones, terminal de lujo arquitectónico, una ciudad que ha merecido la distinción de la Mejor Ciudad del Mundo ( Lee Kuan Yeu Prize) y referente mundial en la rehabilitación y desarrollo,con especial cuidado de atención y promoción de eventos, con más de 1 millón de visitantes-turistas año atraidos por las grandes apuestas culturales,incremento de vuelos, lí­neas aéreas ( casi todas low cost,también hay que decirlo)…y,sin embargo, un aeropuerto en manos de una pésima y caótica organización.La llegada fue de pelí­cula y caricatura: CERO taxis y/o cualquier modo de transporte, CERO personal de información, CERO contol de seguridad ( a esa hora no debe haber problema de entradas ilegales) y,eso sí­, asistir al penoso hecho de comprobar como uno de los viajeros con la habilidad de contactar con un taxista que sí­ accedió a trasladarse al aeropuerto a recogerlo, QUEDí“ ENCERRADO EN EL AEROPUERTO por el cierre automático de las puertas.Así­,la» broma» de observarle ,desesperado por no encontrar la forma de salir,desde una gélida cola exterior a la espera de los taxistas samaritanos,,entretuvo los tiempos de espera.

¿Es posible que cuando alguien se plantea la «reforma de las administraciones públicas» piense en un aeropuerto, en AENA, en el monopolio público, en su «privatización» en beneficio del servicio y de los usuarios y no en los ingresos asociados tanto al concesionario como al presupuesto del Estado? ¿Es posible comprender que guardia civil,control aéreo, servicios básicos, información, gestión y responsabilidad de las lí­neas aéreas, sistemas de transporte.en especial taxis-deben estar mí­nimamente coordinados y que de poco sirve tener una «paloma de éxito» si no cuenta con una administración responsable y eficiente, si no esxiste una adecuada regulación no monopolista de servicios de transporte, gestión del tráfico aéreo ,hubs excluyentes al servicio de una lí­nea aérea…?¿Es compatible una regulación proteccionista de autorizaciones y licencias de taxis de servicio en/al aeropuerto con la demanda total(100%) de usuarios, vuelos y horarios en una infraestructura de absoluto servicio público?

Hace unos años, en mi época de estudiante «reglado»,la gestión de un hospital y de un aeropuerto resultaban ejemplos paradigmáticos de la compleja a la vez que atractiva capacidad de reto y desafí­o para la dirección general,la integración e ingenierí­a  de sistemas, la investigación operativa, la interdependencia de agentes e intereses…Hoy,de la mano de la clusterización, recobran.aún más si cabe, una demanda de primer orden y un buen ejemplo de lo que es perable en una economí­a completa.De nada valen todos los esfuerzos del mundo por construir un paí­s y una ciudad de éxito ,si una infraestructura clave se marcha de vacaciones cuando le da la gana olvidando su función al servicio de personas que no tienen ,al parecer, ni la libertad de elección ni el más mí­nimo dercho a la información y atención.

Esto es lo que, en verdad, explica la competitividad y nos da pistas sobre la orientación que debe guiar cualquier reforma de la administración pública y no recortes generalizados sin ton ni son.

Desgraciadamente, no era un punto negro en Lisboa como al principio pudiera temer. También en casa, de la mano de una AENA-Dirección de Aeropuertos,empeñada en dirigir todo a 500 kms de distancia,algunos se empeñan en echar a perder el esfuerzo de otros muchos.Ni los ciudadanos, ni Bilbao, ni Euskadi podemos permitirnos «intereses sectoriales, parciales» «gestionados desde tal incompetencia.