Tragedia griega, prima de deuda y auditorí­a externa.

         A vueltas con la «tragedia griega» trasladada al Estado español.

         Ha tenido que escucharse una voz contundente ( cosa extraña dada la experiencia observada) desde las autoridades institucionales europeas para recordar al gobierno español, a los diferentes comunicadores del sistema y a la desinformada población en general que ,una vez más, el temor y desconfianza de ahorradores, inversores y potenciales amigos de esta otrora «milagrosa» Iberia no se debe a complot alguno desde un yate oculto en el Mediterráneo,  ni a los errores griegos  ni a la culpa de una sociedad que ha ejercido su derecho democrático a elegir a sus representantes y optar por rechazar las polí­ticas que se les pretende imponer desde la troika financiera internacional ,  ni tampoco a la posible salida de la eurozona para recuperar un dracma aislado.

         Se les ha recordado que el temor se llama España.Un temor fundado no en la hipotética quiebra del Estado o en los devaneos de su rey en aventuras de caza mayor sino en las señales negativas que sus agentes financieros y gobierno se empeñan en transmitir dí­a a dí­a a partir de un diagnóstico equivocado, la carencia de un relato coherente, la inexistencia de un horizonte de referencia,la despistada sucesión de decretos y medidas inconexas en dirección equivocada y el nerviosismo alarmante de un gobierno que no transmite credibilidad ni confianza. La inusual actitud  de los ministros de Economí­a ( y,al parecer. también de Competitividad) y de Hacienda representan el mejor ejemplo de la impotencia definitiva.(Uno declara que ya no «hay más que hacer» y el otro rechaza cualquier intervención exterior a la vez que amenaza,a través de los medios de comunicación, a una Comunidad Autónoma con intervenirla si no forma el gobierno que a él le gusta y amenaza con «hacer el presupuesto de 2000 ayuntamientos»).Este es el verdadero temor exterior: un sistema financiero que se presumí­a ideal y ejemplar ante el mundo y que ,paso a paso, va recibiendo ayuda públicas por goteo, broncas  públicas, descalificaciones al «extraordinario y profesional» Banco de España,etc.

           España. a base de insistir en un mensaje equivocado ( el supuesto desajuste fiscal fruto del excesivo gasto de sus Comunidades Autónomas) ha terminado por focalizar sus intervenciones semanales en una carrera por el ajuste y recorte sin un horizonte determinado, sin un mensaje de futuro para us ciudadanos y empresas, en base a un «cientí­fico» indicador de déficit a alcanzar en un tiempo imposible de cumplir.Ha ocultado sus cifras, ha olvidado el problema real en el seno de su banca y ha terminado por entregarel mando y control a un par de empresas de consultorí­a con el visto bueno del Banco Central Europeo,generalizando el panico en los ciudadanos,empobrecidos por la pérdida de su ahorro e inversión, atenazados en un desempleo galopante de baja calidad y menor expectativa en un estadio recesivo.

         Una vez más, debemos preguntarnos que pasarí­a,de verdad, si con intervención formal o sin ella, alguien acude a un rescate definido, que termine on la incertidumbre.Un rescate que pueda contar con Ministros que no hayan tirado la toalla y que se sientan con capacidad para afrontar la grave situación .Mientars tanto,dos meses más de zozobra a la espera de una nueva valoración de la calidad del pasivo bancario.¿Y después qué?