RESACA COPERA Y MARCA ESPAí‘A.

       Concluida la reciente Eurocopa de futbol con el triunfo de la selección española con su triplete consecutivo  histórico( Eurocopa,Mundial,Eurocopa) y vista  la profecí­a fallida  de los analistas de inversión sugiriendo el triunfo de Alemania para evitar que un paí­s rescatado fuera sinónimo de éxito deportivo,volvemos a la triste realidad observando la angustiosa situación de una España deteriorada, sin rumbo aparente, en manos de los «mercados» y de la troika comunitaria que bien de forma oficial u oficiosa impone ajustes,recortes presupuestarios y polí­ticas públicas como si de un legí­timo gobierno democrático se tratara. Es verdad que quien presta dinero y salva fallidos tiene derecho a exogir contrapartidas de su prestatario. Es el caso de la españa rescatada y la Europa salvadora. Por tanto, las viejas y negras recetas del FMI y la linealidad burocratizada, sin alma, cobra carta de naturaleza en un estado, como el español, a la deriva en las tormentosas aguas de la crisis. Siempre le quedará el refugio del futbol ( aunque sus equipos y ligas profesionales deban más de 1000 millones de euros, sus estrellas cobren importantes bonus-mayores que los de cualquier otro profesional y reclamen la benevolencia de las autoridades fiscales para eximirles de pago alguno). En definitiva, el futbol parece diferente.

        Un futbol que parece posicionar «la ROJA» como marca española de éxito. En contraposición, el gobierno español y un buen número de empresas lí­deres en determinadas industrias y mercados, reconfiguran un nuevo movimiento en torno a la «MARCA ESPAí‘A» para volver a conquistar posiciones en los mercados exteriores, transmitir una imagen distinta a la generalizada a lo largo de mundo y capaz de convertir en oro todo lo que toca.

       Cuando la realidad observada demuestra que la referencia a España «lamina» todo lo que toca,proyectando desconfianza, incredulidad en cifras y estadí­sticas oficiales, recuerdos de escenarios negros de poblaciones marginales, empobrecidas, parados en exceso por encima de un 25% de su población y 1 de cada dos jóvenes menores de 25 años,así­ como una descripción equivocada de el conjunto de pueblos, regiones, empresas del Estado, medidos con un mismo rasero de la «prima de riesgo» penalizadora de toda empresa o gobierno que intente recurrir a la financiación ajena,la oficialidad del Estado se empeña en recrear una MARCA ESPAí‘A, unitaria,tópica que recorra el mundo cambiando opiniones y actitudes.

          Hoy, encabezados por la Casa Real y la máxima Jefatura del Estado ( dicho sea de paso y con todo respeto objetivo,escasamente atractiva para quienes no viven de halagos gratuitos ), apoyados en el presupuesto del Estado y bajo la coordinación de una Dirección General de Diplomacia Pública en el Miniesterio de Asuntos Exteriores, se nombra a un ALTO COMISIONADO que coordine un sinnúmero de comités sectoriales, programas de marketing y un » observatorio permanente «que controle la imagen de españa en el Exterior. A este esfuerzo se unirá un Foro Público-Privado para elmantenimiento de las «marcas de prestigio. Loable iniciativa. No obstante, quizás merezca la pena no acudir a un marketing falso sin antes hacer un amplio y riguroso recorrido por la verdadera Marca España: caza despilfarradora de elefantes, justicia ineficiente administrada con diferentes ritmos y varas de medir, desorientación y desgobierno, silencio administrativo, chanchullos empresariales (en especial en el mundo financiero), generalizado indulto a los dirigentes de los llamados banqueros de referencia, y un modelo económico (real) desnortado. Sin duda alguna, una vez encaminados estos malos sí­ntomas de la detriorada marca, más allá de los mercados, será el momento -desde la credibilidad y la confianza- en poner en valor las calves positivas y detrminantes de lo que fue, hace no demasiado tiempo, una economí­a exitosa.

         Entonces, ambas marcas, la futbolera y la económica, coincidirán un espacio común y de éxito.