Huelga a la española:Gobierno y sindicatos empate y consenso…

    Cuando estamos a pocas horas de concluir la Jornada de Huelga ( convocada con excesivo retraso, meses después de la entrada en vigor de la «Reforma laboral impuesta por el gobierno para provocar su rectificación y modificación») y observamos lo previsto:un empate pactado que no hiera demasiado a nadie para seguir igual y no recordar al dueto UGT-CCOO que han sido precisamente ellos quienes han co-diseñado y aplicado las polí­ticas laborales de los últimos 30 años ni al gobierno su complicidad estructural con el modelo,más que entrar en valoraciones de impacto y coste de horas perdidas ,eficacia del gesto o  sentido de un derecho tan relevante a la vez que mal ejercitado,conviene destacar lo que en verdad deberí­a ocupar a gobiernos, sindicatos ( todos los representativos y no solamente los dos oficiales),empresas ,trabajadores y desempleados:reformar el mercado laboral en su totalidad.

         La llamada crisis global y generalizada no afecta a todos por igual.La economí­a española no puede esperar a que «un nuevo ciclo»,»un nuevo modelo económico caiga del cielo» o que una «Cumbre Global» a la que su gobierno sea invitado-aunque solamente sea a cenar-dicte recomendaciones concretas para superar los problemas estructurales que padece.Seguir haciendo lo mismo,proclamando que la «paz social pactada» durante años ha generado esta bonanza del pasado y que el cambio de modelo llegará sin más, es una quimera que solamente beneficia a quienes perteneciendo al establisment renuncian a construir el futuro.El modelo español ha generado y seguirá generando desempleo,escasa productividad,y-en consecuencia- un empobrecimiento paulatino.

    El cambio de modelo y una reforma ( imprescindible) de alto calado no es cosa sencilla,ni puede relizarse en solitario.Pero es inevitable.El modelo de negociación colectiva se ha alejado de la empresa y los centros de trabajo,se ha uniformizado de manera artificial, ha enarbolado la defensa de los derechos de los trabajadores sin reparar en la rigidez largo placista, la escasa flexibilidad sostenible ,la necesaria combinación flexilidad-seguridad y su incidencia en la competitividad y bienestar de los trabajadores, empresas,Paí­s y ,por supuesto, ciudadanos con deseo y necesidad de empleo.La verdadera representatividad ha sido sustraida por una no transparente información y control unilaterales de los sindicatos mayoritarios ,y la «estabilidad de los agentes sociales» se ha acomodado a mecanismos e instrumentos de financiación que han tolerado unos ineficaces sistemas de intermediación en el mercado de trabajo,inoperantes  oficinas de empleo,improductivos esquemas de formación ocupacional no ajustados a las demandas empresariales y económicas .El sistema de consenso tripartito(Gobierno-CEOE-UGT/CCOO) ha fracasado.

      Visto desde Euskadi, con los ecos del revuelo mediático por el reciente acuerdo de «transferencia de competencias sobre polí­ticas activas de empleo» ,contemplamos un pequeño rayo de esperanza:que no se haga lo mismo que en el conjunto del Estado español.Si los nuevos recursos y nuevos responsables han de copiar un modelo fracasado perderemos una gran oportunidad.Si por el contrario,quienes durante décadas se opusieron a su traspaso ( PSOE-PP y UGT-CCOO) y hoy deben administrarla valoran la trascendencia de este instrumento, afrontan un delicado compromiso y propician un nuevo caamino,estaremos en ví­as de reformar un modelo obsoleto e inoperante.El primer paso serí­a reconocer el papel esencial que juega un marco autónomo de relaciones laborales y la necesidad de atraer a él a los verdaderos agentes representativos para maracar una nueva hoja de ruta.Mercado laboral,negociación colectiva,empleo e intermediación,relaciones socio laborales,inspección de trabajo, formación reglada y ocupacional,educación… pilares esenciales de cualquier modelo económico y, en especial, si se trata de uno NUEVO que a juzgar por la opinión generalizada, es lo que se necesita.Complejo,largo placista,sí­.¿consenso?Pero,paso a paso…Romper un empate que no beneficia a nadie.