La inteligencia británica ha redoblado esfuerzos para atemorizar a los votantes escoceses, movilizar el voto unionista por el NO y lavar la cara ante el potencial triunfo del SI, de modo que la posición de transición hacia la independencia permita al Reino Unido (disminuido,UK- ,)reforzar su peso internacional, facilitando las negociaciones post refrendo.
A tan solo 8 días del Referéndum, el establishment unionista agita sus últimos cartuchos: propone un «verdadero plan de traspaso y devolución de poderes a Escocia con mayor peso de su Parlamento, competencias fiscales y capacidad de co-decisión en asuntos estratégicos clave», ofrece un programa de inversión y creación de empleo además de una profunda reforma de las ayudas y subvenciones para la salud y protección social y una revisión del programa Trident y los compromisos vigentes en el seno de la OTAN. Todo esto condicionado a un resultado: NO a la independencia.
Resulta lamentable observar como esta «generosa oferta» se ofrece como precio de una operación de compra-venta. Lo que no se ha entendido o querido hacer a lo largo del tiempo, hoy se entrega de forma acelerada, en beneficio de «un Reino Unido fuerte e influyente» en la Comunidad internacional. Y, adicionalmente, tras una más que dudosa encuesta con la más que probable intención de movilizar a sus propios seguidores, se suceden largas colas de manifestaciones ,»preocupados por la escisión», de los ejecutivos de inversores extranjeros quienes, al parecer, se han enterado hoy del País en el que habrían invertido y de la imprescindible gestión de riesgos (no hablan de beneficios) asociable a sus retos y decisiones empresariales.
No vienen mal estos movimientos. Sería conveniente que tras el referéndum del día 18, los escoceses y sus gobiernos, tomaran buena nota.Hoy más que nunca ,las empresas asumimos compromisos país en todos aquellos lugares en los que desarrollamos una actividad determinada, de la misma manera que asumimos una interdependencia ,para bien y para mal, compartiendo riesgos y beneficios más allá de simples operaciones coyunturales de beneficio unilateral.
Hoy, es el tiempo de Escocia. Ayer y mañana, otros muchos casos han conocido, conocen y conocerán, el comportamiento inherente a los procesos de devolución de poderes, autonomías e independencias tan utilizadas como operaciones de «compra-venta» desde intereses unionistas-legítimos- empeñados en el control unilateral de la voluntad de los pueblos y sociedades que componen sus «Estados» en un momento dado. El día 18, los escoceses acudirán a las urnas y decidirán si quieren un modelo diferente de relación con el Reino Unido y el mundo. Decidirán si ,más allá de coyunturas, desean confiar en la fortaleza de la unión cuyo proyecto de futuro desconocen o ,por el contrario, la invitación a apropiarse de su propio futuro, asumir el riesgo y compromiso de decidir, y prepararse a recorrer un largo camino. A partir de allí, un intenso proceso de transición, negociación y re posicionamiento, posibilitará la construcción de nuevas estructuras. En todo caso, pocas cosas serán igual que hoy . Ni Escocia ni el Reino Unido continuarán disfrutando( o padeciendo) el estatus actual.Y, con ellos, todos aprenderemos la manera de abordar un nuevo futuro.
Hoy mismo también, a muchos kilómetros de distancia, saludamos una Diada histórica y no solamente por recordar tres siglos con una determinada adhesión al Estado español sino sobre todo por la energía que su sociedad demuestra en las calles ante una, aún incierta,convocatoria a las urnas para decidir su futuro. Confiemos que de la misma manera que Escocia recorre un camino democrático hacia un determinado modelo de convivencia, Catalunya, refuerce el suyo conforme a su trayecto elegido.
Sin duda, estamos inmersos en un nuevo tiempo.