CO-CREACION DE VALOR…

   

         La negativa percepción generalizada del papel que determinado mundo empresarial,en especial en la indutria financiera y del mercado de capitales,viene jugando tanto en la generación como en la profundidad de la crisis,es un extraordinario reclamo para abordar con claridad los cambios que ,de forma inevitable, han de darse en su seno.

          Normalmente, se ha entendido que el noble y comprometido esfuerzo empresarial es generalizable al 100% de sus actores, que la empresa es la unidad esencial de la economí­a y que las bondades de la generación de riqueza se concentra en la iniciativa privada empresarial, entendiendo -además-que su contribución es ufruto automático de la contratación de personas ,los impuestos pagados y los beneficios indirectos aportados así­ como por aportaciones adicionales ,voluntarias, al desarrollo de la Comunidad en muy diversas áreas.Así­, en momentos de crisis como el que vivimos parecerí­a insensato hacer comentario alguno que pudiera debatir el rol real de la empresa en este proceso de salida de la crisis.Basta observar cualquier encuentro entre los diferentes agentes económicos y gobiernos para comprobar que las medidas solicitadas se concretan en amplios recetarios para la actuación de los gobiernos,nunca de las empresas, dando por sentado que la empresa hace todo lo que tení­a que hacer ( y lo hace bien) mientras que son agentes terceros quiene slimitan su desarrollo.

          Con este mensaje de fondo,el habitual seminario anual de la red MOC (Microeconomí­a de la Competitividad) que nos ha reunido a cerca de cien profesores representando a otros tantos  Universidades e institutos de competitividad afiliados ,con presencia en los cinco continentes,bajo la dirección del profesor Michael E. Porter y su Instituto de Estrategia y Competitividad en la Universidad de Harvard,ha permitido fortalecer el debate  tras constatados avances en la investigación y evaluación de la eficiencia de la clusterización, aglomeación orientada y especializada y localización inteligente de las diferentes empresas e industrias en determinadas regiones debidamente institucionalizadas,centrando el analisis en la ya extendida corriente renovadora en favor del modelo de competitividad y bienestar basado ,entre otras cosas, en la interdependencia económia-sociedad. Y ha sido precisamente en este marco, en el que      hemos tenido la oportunidad de compartir con Michael E.Porter su compromiso con la nueva lí­nea de pensamiento que viene transmitiendo desde el año 2006 con sus primeros artí­culos en relación con la Estrategia Empresa-Estrategia Sociedad como filosofí­a de co creación de valor.

       En un momento de profunda crisis en la que algunos preconizaban la ¨reinvención¨ del capitalismo en una aparente referencia a la nueva reglamentación de los mercados financieros y de capitales (todaví­a esperada),Michael Poter profundiza en la mencionda crisis planteando una salida o reinvención del sistema desde la empresa,como unidad de generación y creación de riqueza, si bien uniendo dicho valor a su impacto directo en la Sociedad.Porter destaca el fracaso de las empresas y ,en especial de las grandes corporaciones,en su rol creador de riqueza más allá de las ganancias tradicionales esperables no dando respuesta a las necesidades de la Sociedad y proclama las diferencias existentes entre una forma u otra de obtener beneficio,afirmando que no todo beneficio empresarial es positivo o deseado.Existen «malos» beneficios, aquellos que no se vinculan a la solución real de las demandas sociales.Propugna la inevitable revisión de la cadena de valor y la manera de realizar las diferentes actividades y los objetivos perseguibles,la definición de nuevos modelos de negocios y la reconsideración de los generalizados mecanismos de externalización,outsourcing,logistica,compra y aprovisionamiento,así­ como su consecuente localización/deslocalización.La generación de riqueza y ganancias ha de ser simultanea con la solución de las necesidades sociales y son precisamente estas las principales fuentes de innovación del futuro.Solamente llevando a cabo este recorrido,las empresas serán capaces de reconciliar su  deseada positiva valoración en las sociedades en las que están inmersas, se encontrarán respaldadas por todos sus agentes interrelacionados (stakeholders) y seguirán desempeñando un papel esencial en la creación de riqueza y bienestar.Esta simbiosis de objetivos es la co creación de valor.

       CO CREACIí“N DE VALOR que no ha de venir motivada ni por principios éticos,ni por actitudes filantrópicas (bienvenidas todas ellas) sino por la intrí­nseca necesidad empresarial de generar beneficios.Más allá de la llamada responsabilidad social corporativa y de teorí­as re distributivas ,se trata de generar y distribuir a la vez.Una sola moneda con dos caras indisociables.

       Sin lugar a dudas,el pensamiento generalizado-una vez más-en auge en favor de la clusterización de la economí­a ve reforzado su papel en su clara foortaleza para afrontar la simbiosis economí­a-territorio en un nuevo mundo cada vez más regionalizado y próximo,en el que la empresas y las personas necesitamos un «propósito»para orientar nuestro compromiso y dedicación al servicio de la solución de las necesidades de las personas.Será el nuevo espacio de debate y pensamiento de las próximas décadas.Definitivamente,frases como»lo que es bueno para la General Motors es bueno para América¨ también han desaparecido con la crisis.

 

«El enemigo invisible» y la «conspiración anti economí­a española»…

        A lo largo de las intensas semanas de tensiones, incertidumbre y preocupación en relación con la economí­a española y ,en especial, con las posibles intervenciones, acciones extraordinarias, etc. que pudieran afectarle de forma negativa  y,el posible arrastre a terceros, se generaliza un mensaje equí­voco de auto justificación desde las portavocí­as del gobierno español. Se tratarí­a de presentar una economí­a española relativamente sana, fortalecida por polí­ticas positivas en marcha y por una clara y determinada calidad de sus principales agentes económicos presentando al mundo la excelencia de su banca internacionalizada así­ como de empresas lí­deres en el nuevo cuño de las «multinacionales españolas».Bajo estas premisas, se transmite la idea de que la economia española se ve afectada por una especie de «conspiración artificial debidamente orquestada desde ese mercado invisible que ha de controlar todo en función de intereses bastardos».Por tanto, parecerí­a que el acento ha de ponerse en la búsqueda del «enemigo invisible».

         Sin embargo, cuando se tiene la oportunidad de sobrepasar la lectura de la prensa estatal y se vive la economí­a real en el exterior,conversando con empresarios, gobernantes,politólogos, inversores y ciudadanos de a pie ,y se comprueban sus posiciones respecto de la economí­a española, surgen muchas luces rojas que parecerí­an indicar el camino hacia un enemigo no tan invisible sino hacia un enemigo real,autóctono, que nace y se desarrolla en el seno de la propia economí­a española.Dicho enemigo propio parecerí­a transmitir una serie de señales claramente observables, como por ejemplo:

1) la excesiva y descontrolada deuda externa española ( 167% del PIB) que no solamente cuestiona inevitables reformas del sector público español y sus diferentes polí­ticas sino la preocupante debilidad estructural de la deuda privada, especialmente conecentrada en pocos bancos con delicadas posiciones en paí­ses objeto de intervención,

2)la pérdida de crédito internacional  del gobierno español cuya actitud-lejos de las declaraciones formales de apoyo-ante la crisis es vista como inadecuada y lejana a la capacidad de afrontar una estrategia no ya de salida sino de reinvención de un nuevo modelo económico, tantas veces anunciado y con tan escaso desarrollo hasta el momento,

3)la suma de percepciones negativas de un paí­s fuera de control ( estado de alarma provocado por la caótica gestión del control aéreo, poniendo de manifiesto el ineficaz sistema de relaciones laborales, derecho de huelga, rol de los funcionarios, generalizada crisis en la construcción y sector inmobiliario,dudoso proceso de intervención en el sistema de Cajas de Ahorros con mensajes contradictorios entre la jubilación temprana y «millonaria» de sus empleados versus las reformas de pensiones anunciadas,la imagen de un presidente de la patronal envuelto en todo tipo de sospechas en torno a la mala gestión y lobby favorecedor de intereses individuales…)

4) la inseguridad jurí­dica y de negocio en las diferentes industrias reguladas ( claro ejemplo la energí­a) con cambios constantes en el marco de actuación y reglas de juego,

5) la confusa interacción entre agentes sociales  y gobierno en la estrategia económica

6) la acción absolutamente opuesta entre los partidos polí­ticos mayoritarios que marcan sus espacio deiferenciado hasta la conclusión de las elecciones, en un calendario de doble cita en los próximos dos años ,impidiendo contemplar acuerdos  y espacios compartidos.

       En definitiva, en el exterior, la «MARCA ESPAí‘A» hoy no vende.Más bien ,penaliza las expectativas de futuro( en especial cuando las estimaciones de crecimiento económico y ,sobre todo, creación de empleo, cohesión y estabilidad se contemplan remotas).Es por tanto comprensible no ya que el inversor dude de la bondad de la economí­a española y opte por otro tipo de alternativas.No es un enemigo invisible ni es una conspiración para eliminar un competidor.Es ,por el contario, una razonable reserva ante la incertidumbre, la desconfianza y la observación de una escas propuesta clara de futuro.El «enemigo invisible está dentro de casa.Es  la no toma de decisiones completas y coherentes en torno a un proyecto real, es la sucesión de goteos de iniciativas hacia atras y hacia adelante,es la propaganda triunfal frente a la realidad,es la sensación de una falta de rumbo.

       Si se entiende que el enemigo es superable con acciones positivas, con la firmeza de una estrategia de transformación radical de aquellos pilares del supuesto nuevo modelo económico a partir de las fortalezas reales del Estado español y se hace desde la concepción del mundo real que nos rodea y no se está a la espera de «mejores momentos» o de la finalización de las próximas contiendas electorales,no habrá más enemigos invisibles ni conspiraciones internacionales.Una vez más, se trata de construir un futuro propio, desde dentro, sobre diagnóstico certeros y compromisos reales.