Talento y Economí­a del Conocimiento…

    Cuando no hay referencia alguna a una conferencia, un nuevo programa o una iniciativa empresarial o polí­tica que ,planteando retos de futuro, olvide una apuesta «por la economí­a del conocimiento y la competencia por atraer y retener talento«, nos encontramos con un par de piezas que nos permiten matizar determinadas declaraciones y afirmaciones excesivamente generalistas y simplistas:

1) En su prestigiosa publicación trimestral,Mackenzie nos acerca a un par de artí­culos del profesor Richard Florida sobre su «Talentopolis» en el que señala los a su juicio, indicadores determinantes de la innovación, el talento  en la futura nueva economí­a creativa que habrí­a de definir las ciudades del conocimiento del mañana. Sorprende encontrar – ya explicada en diferentes foros hací­a tiempo-su convicción por el Indicador Rosa o Gay que serí­a el primer driver de la mencionada economí­a, dada su orientación hacia la sofisticación, el diseño y el buen gusto, motores de una sensibilidad creativa diferente.Su mayor o menor presencia realtiva en una Comunidad,le acercarí­a o alejarí­a de su capacidad generadora de una Comunidad Creativa.Florida lo acompaña de un segundo indicador, esta vez académico, basado en el porcentaje de población con grado de doctor en una determinada Comunidad.Otros, en esta lí­nea, asignan dicho valor a la concentración de esta titulación en los verdaderos lí­deres de las organizaciones. ¿Cabrí­a esperar de personas alejadas de este ámbito y titulaciones un liderazgo orientado hacia el «conocimiento esperable» en la transformación innovadora de nuestras ciudades y economí­as?

2)Por otra parte Geoff Colvin, en su último libro, » Talent Overrated», relativiza el simplificado uso del concepto TALENTO y nos propone considerar la «práctica deliberativa» como la herramienta transformadora de nuestras organizaciones hacia la verdadera economí­a de éxito futuro.

         Estos dos ejemplos, más allá de otras consideraciones, constituyen un buen aviso a navegantes. Cuando estamos inmersos en una gran crisis potenciada por la ceguera generalizada ante una ola de pensamiento único y tópicos aceptados sin excesivo analisis en torno a conceptos recubiertos de un mensaje marketininiano,como la globalización,por ejemplo,no vendrí­a mal exigir un cierto rigor en el fondo de conceptos que se usan de forma escasamente «filtrada» ,como Innovación,economí­a creativa y de las ideas,talento y espacios y ciudades del conocimiento.No vaya a ser que nos pasemos unos cuántos años debatiendo excesivamente sobre los marcos,indicadores y sistemas formales y nos olvidemos de entender la realidad subyacente.Hace muchí­simo tiempo descubrimos el valor de la educación, la cultura, el conocimiento, las ideas,la tecnologí­a… en sí­ mismos.Sin embargo,parecerí­a que cualquier cosa que se haga en su nombre es relevante sin preocuparnos de ponerles «un apellido»: ¿qué valor añaden a la situación de partida?.

      Sin un esfuerzo previo por identificar el estadio futuro al que pretendemos llevar nuestra empresa , organización, gobierno o Paí­s, sin definir los recursos adecuados ( estratégicos ) para lograrlo y la adecuada alineación de instrumentos, planes y personas, parecerí­a poco relevante esforzarnos en disquisiciones ,indicadores y palabras un tanto huecas.La esencia de las cosas, como siempre, vuelve a reclamar su papel de privilegio.

      Hace unos dí­as, participaba de una jornada de reflexión de cualificados lí­deres empresariales empeñados en aportar valor a la Sociedad, más allá de su exitosos proyectos empresariales. Entre otras cosas de interés, cuestionaban los mensajes generalizados en torno a la Innovación y el discurso Ciencia-Tecnologí­a existente,destacando el enorme abismo entre la investigación cientí­fica,tecnológica y la oferta de productos y servicios a la Sociedad.Este enorme gap,sigue constituyendo uno de los reclamos clave para abordar un futuro gnerador de riqueza, empleo y bienestar para el fuuturo.No es cuestión de un TALENTO sobre valorado sino de articular el TALENTO hacia la acción,generador de la nueva realidad deseada. Todo un reto que , hoy más que en el pasado, resulta esencial para «ganar el futuro desde la crisis».De lo contrario, por más que afirmemos que debemos cambiar el modelo económico del pasado, profundizaremos en él sin generar ninguna alternativa válida,de verdad.