Recientemente, el Instituto Vasco de competitividad-Orkestra, con sede en Donostia-San Sebastián ,ha publicado su primer informe de aproximación al estado del arte de la competitividad y ,de su mano, la apuesta por una «propuesta única de valor para el País Vasco».
El reflejo mediático del citado Informe- en tono positivo ,lo que siempre es de agradecer- se ha centrado en algunos elementos y recomendaciones derivados del trabajo realizado,destacando la necesidad de las empresas vascas por afrontar un creciente proceso de sofisticación en su estrategia hacia una economía de las ideas desde la manufactura especializada hoy dominante en el tejido industrial del País;sofisticación asociable a su esfuerzo de internacionalización y tránsito intensivo hacia nuevos yacimientos de riqueza propios del futuro estado de Bienestar en una Sociedad del conocimiento.Estos reclamos generales se han visto acompañados de las inevitables recetas un tanto mágicas: «¿ qué deben hacer los gobiernos para articular una política pro-internacionalización?,¿cómo combatir la incesante deslocalización?,¿cómo favorecer el asociacionismo que supere las limitaciones del tamaño de la pyme en este complejo trayecto? ¿qué papel juega la tecnología en este tracto innovador?,por ejemplo.»
Pues bien, más allá de las respuestas dadas ( soportadas en el amplio y riguroso trabajo que supone el ya mencionado Informe ) , ha pasado desapercibido un importante esfuerzo académico previo que acompaña al informe , pretendiendo analizar una historia de 30 años de intenso trabajo en el largo proceso hacia la competitividad que el País Vasco, y sus agentes, han recorrido.Estas lecciones aprendidas que han permitido situar al País vasco en un escenario de liderazgo europeo en términos de bienestar, desarrollo humano,riqueza de espacios competitivos,incluyen una serie de elementos clave que se identifican como los verdaderos motores del éxito:
1)Una estrategia microeconómica sostenida
2)Un emprendimiento público liderando y articulando un diálogo público-público y público-privado a lo largo de todos estos años
3) una organización político-administrativo de corte confederal uqe ha hecho de un esquema único de desconcentración de poder, planificación compartida, liderazgo convergente,la clave de los principales proyectos y programas que han sustentado un movimiento permanente enriqueciendo una visión previa,
4) adecuado diseño permanente de un rico espacio de partenariados público-privados, soportado en instrumentos ad hoc para cada caso y momento,
5) estrategias comprehensivas sobre la totalidad de los factores explicativos de la competitividad ( eso que ya en otros apartados de este blog hemos comentado en referencia al Diamante Competitivo de M. Porter)
6) Un diálogo permanente entre lo local y la vanguardia global,
7) la interacción de políticas económicas y sociales como elementos y atributos esenciales en la competitividad,
8) la actuación y políticas guiadas por las apuestas largoplacistas
9) la modernización,transformación e innovación empresarial,económica, social más allá de la tecnología ( habiendo juagado ésta un papel destacadísimo)
10) Una administración pública eficaz-eficiente,
Todos estos vectores clave, imbuídos de dos piezas filtro esenciales: la concepción y herrameinta clusterizadora de su economía y el autogobierno.Esta importantísima combinación de elementos ha permitido una transformación radical y se erigen como referentes clave para la construcción de un futuro espacio competitivo de primer orden. El reto que se desprende pasa por ser capaces de mantener,adecuar y superar su contenido y eficacia ante los enormes cambios que los futuros escenarios nos presentan.
Retos que han de dirigir las líneas de investigación y trabajo del País y sus agentes y del propio Instituto Vasco de Competitividad tras su proposición única de valor. Al servicio de los agentes que hacen competitivo un espacio concreto.Estas capacidades, ideas , instrumentos y compromisos permitieron transitar desde la profunda crisis económico-industrial hasta el bienestar actual en una economía innovadora en sus primeras fases de madurez. ¿Seremos capaces de adecuarlos a las demandas de una nueva economía desde la prosperidad hacia el espacio de la futura economía de las ideas? La apuesta es clara y el compromiso parece ,también ,serlo. Este es el siguiente paso que afronta el País Vasco y ,por supuesto,otros muchos.Un modelo compartible, intercambiable ,sobre el que queda mucho que aprender ( afortunadamente).