Hace unos días conversaba con un buen amigo, exitoso empresario en las industrias del automóvil y la aeronáútica ,en relación con la crisis económica actual y las expectativas de futuro.
Baste resaltar que una de sus constataciones en los diferentes procesos de negociación y conversaciones en los que hoy está inmerso,con la totalidad de los stakeholders relacionables en sus industrias de referencia, no es otra que la comprobación de que sus cifras de venta han vuelto a los registros del ejercicio 2003 y que ante cualquier expectativa de futuro se tropieza con una pregunta en apariencia insólita: «…de todos nosotros, ¿quien es el comprador?». El comprador y el mercado han desaparecido.Y ante una situación como ésta, ¿cabe pensar y hacer estrategia?
¡Hoy más que nunca!
Si bien la incertidumbre, las escasas referencias del pasado, la menor claridad de rumbo y la intensidad de la crisis dificultan la definición de escenarios, alumbrar mejores caminos a seguir así como la identificación de líneas de futuro y acuerdos con terceros para compartir un nuevo viaje hacia un futuro exitoso, la única manera de ganar el futuro desde la crisis pasa por la estrategia que posibilite apuntar hacia un nuevo espacio.Es verdad que es un momento en el que las operaciones ,imprescindibles ,del día a día ocupan la mayor parte de nuestro tiempo y exigen máxima concentación en la superación de las demandas inmediatas, minuto a minuto, aplazando cualquier solución de medio y largo plazo. No obstante, inventar todo posible nuevo mercado , reinventar las condiciones de mantenimiento y garantía futura de nuestra empleabilidad y , sobre todo, la prioridad real en las personas, supone la verdadera esencia de nuestro compromiso directivo.Es ,por tanto, momento obligado para soñar un futuro distinto. Ahora bien, debemos hacerlo de manera diferente a como lo hemos venido haciendo-por lo general- de la mano de las «buenas prácticas» al uso.
Hoy, salvo en determinadas empresas, industrias y geografías ( la crisis impacta a todos si bien no con la misma intensidad ni en la misma dirección) no hay demasiado tiempo para largos procesos de «reflexiones estratégicas» más o menos clásicas ( por otra parte, cada vez más en desuso) pero si resulta imprescindible realizar procesos intensos de alto valor añadido,de forma distinta. No es momento de recurrir al GPS ( entre otras cosas porque solamente encontraríamos información cierta previamente definida, tratada y explicada) si no de explorar una forma directa , rápida y precisa de hacer estrategia.No hay tiempo de procesos académicos completos hacia la tesis doctoral de turno ,no condicionada por calendarios, ni es tiempo en el que la aplicación de la deseada «participación de todos»posibilite un proceso eficaz de toma de decisiones.Es momento de concentrar esfuerzos en el «núcleo duro» de la organización,en los pocos capaces de tomar decisiones firmes y de largo alcance,capaces de comprometerse con decisiones, comapñeros de viaje y apuestas con elevado grado de riesgo, diferentes a las habituales.Hoy, se trata de transitar hacia un nuevo escenario por construir más que por descubrir, se trata de provocar cambios y no transitar hacia ellos, de incorporar nuevas alianzas coopetitivas más que profundizar en nuestro propio destino o preferencia de vía única.Es el momento de romper con la inevitable tentación de iniciar y concluir consejos de administración con la Cuenta de Resultados y el estado de Tesorería ( esenciales pero no únicos). Una vez más, como en todo momento crítico,es tiempo de MANAGEMENT y POLITICA de EMPRESA, con mayúsculas.»Imaginar lo inimaginable y hacerlo posible«.La razón de ser de la estrategia, desde la información imperfecta,desde el tiempo limitado,con la angustia del inmediato plazo.Reflexión inteligente, mucha, y acción inmediata.