Desde la concepción estratégica de su fundación, en un escenario de transformación permanente y en un país siempre por construir, la “modernidad económica” ha acompañado los 125 años del partido. Un modelo inspirado en lo social, que preserva la conectividad en el exterior bajo el compromiso siempre presente de un país moderno, tractor de la mejora en la calidad de vida y el bienestar de los ciudadanos.
Celebrar los primeros 125 años de historia de EAJ-PNV supone destacar el hoy llamado modelo PNV de desarrollo económico y social que ha liderado y orientado la transformación permanente de nuestro país, respondiendo a las demandas cambiantes de la sociedad vasca a lo largo de diferentes contextos y realidades vividas.
Un modelo diferenciado, cuyo compromiso se ha hecho desde de la solidaridad, la subsidiariedad y el activismo social y comunitarios, la integración de respuestas sociales y económicas, su conectividad con la modernidad y la vanguardia pionera.
Es un modelo diferenciado en compromiso con las respuestas socio-económicas y su conectividad con la vanguardia.
Un partido, movimiento y cultura al servicio de la nación vasca, siempre por construir, siempre por transitar nuevos espacios de futuro, con vocación de ser coprotagonista de su propio destino, adecuando sus ofertas a la sociedad en el contexto, complejidad y condicionantes de cada momento, con una visión permanente de futuro respondiendo a las necesidades inmediatas de las personas.
Observar los resultados logrados supone recordar que su relevancia en la modernidad económica le ha acompañado en toda su larga vida: desde la concepción original de una aspiración estratégica en su fundación para dotarse de estructuras de país, propias y diferenciadas.
Es un modelo inspirado en su esencia social y solidaria, que ha promovido el asociacionismo colectivo y los derechos de los trabajadores, entendiendo la empresa como ente integral trabajo-capital-participación y valor compartido con la sociedad y motor generador de riqueza y empleo.
Se ha mostrado su liderazgo en preguerra y guerra, emprendimiento y subsistencia defensiva, protegiendo y conservando los activos industriales de quienes pretendieron su irracional destrucción, su conectividad internacional desde la clandestinidad y el exilio en armonía interconectada con el interior sometido a la dictadura franquista, y la indispensable integración de la diáspora, generando foros multilaterales e iniciativas de futuro como la, hoy, Unión Europea.
¿Qué hace posible este valor compartido con la sociedad? La innata colaboración público-privada desde el liderazgo y legitimidad democrática
Partícipes relevantes en los viejos equipos internacionales líderes de la economía social de mercado, y su aplicación en los principales motores de la Unión, preparó el final de la dictadura y la transición hacia un nuevo proyecto de futuro para el país. Se ha visto su imprescindible papel de liderazgo en los hasta hoy 40 años de autogobierno y la apuesta por construir un innovador espacio propio en un clima de destrucción económica, extorsión y terrorismo iluminado, en un tardofranquismo aún por desactivar.
VALOR COMPARTIDO. Un largo proceso tejiendo un compromiso entre sus miembros, la sociedad vasca y los elementos necesarios para su logro. ¿Qué hace posible este valor compartido con la sociedad? Sin duda, la pervivencia de su democracia interna, su separación de poderes y responsabilidades entre partido y gobierno, innata colaboración público-privada desde el liderazgo y legitimidad democráticas desde las instituciones elegidas, pensar en el país observando, aprendiendo y participando en todo foro de vanguardia a lo largo del mundo, aplicando en Euskadi su propio modelo, mejorando la calidad de vida y bienestar de nuestros ciudadanos.
Un marco para un sueño inspirador, estrategias de progreso y prosperidad inclusivos, objetivos y políticas económicas y sociales inseparables, al servicio de una nación aún sin Estado, convicción de autodeterminarnos para decidir, gestionar y controlar nuestro propio destino.
Nuestro partido ha abrazado, desde su origen, la modernidad y vanguardia progresista no como una moda o autodefinición de manual, sino constatable en su práctica permanente. Ha sabido interpretar los tiempos, anticipar el futuro, observar el mundo, aprender de todos, y asumir el riesgo de emprender iniciativas transformadoras.
CREER EN LAS INSTITUCIONES. Ha creído en las instituciones y en la subsidiariedad, motores del cambio requerido, dando al sector público y sus gobiernos el poder y rol democráticos base del liderazgo, con una actitud emprendedora más allá de administradora, para liderar las transformaciones radicales necesarias y distintas en cada momento.
Concepción y liderazgo moderno y creativo, tejedor de alianzas, a lo largo del mundo, con aquellos que fortalecen un proyecto inacabable. Ha hecho de la política institucional y los servicios públicos un compromiso de servicio y no una red de privilegio. Como definiría el lehendakari José Antonio de Aguirre en su descargo de la gestión de su gobierno en los primeros 20 años (1936-1956) ante el Congreso Mundial Vasco de París: “Hemos creado un nuevo tipo de humanismo, convergencia de la nueva filosofía política contemporánea. Un modelo síntesis del sentido y esencia democráticos, cristianismo social y progresista, liberalismo fundado en la solidaridad y el socialismo humanista, bajo objetivos de progreso social, subsidiariedad universal democrática al servicio del hombre y su libertad”.
Se trata de pensar la economía como un instrumento y no como un fin. Un modelo propio al servicio de la nación vasca y su sociedad
“Esto es lo que define el caso vasco, liderazgo indiscutible, compartido por terceros que, en diferentes momentos, nos han acompañado en su desarrollo”, añadía. El PNV-EAJ y su gente señalaron y señalan un nuevo camino posible para afrontar el nuevo siglo por venir para encaminar una sociedad industrial hacia la complejidad del conocimiento y una nueva economía y sociedad por llegar.
UNA RED SOCIAL DE BIENESTAR Y TRACTORA DEL PAÍS. Esta visión económica está soportada en una inseparable red social de bienestar y tractora de un país moderno y vanguardista, desde las empresas, los municipios y espacios de activismo constructivo. Dirigiendo la innovación radical hacia la modernidad ofreciendo a la sociedad vasca un futuro esperanzador ante la complejidad del mundo en que vivimos.
Es un esfuerzo coral, compartido, que nos pertenece a todos porque lo hacemos, día a día, entre todos. Un instrumento y movimiento al servicio de un pequeño pueblo que no pretende sobrevivir sino construir su propio futuro desafiante, complejo, posible. Economía como medio y no como fin. Partido como instrumento y no como fin. Un modelo propio, al servicio de la nación vasca y su sociedad.