La extraordinaria organización británica de la última edición de los Juegos Olímpicos celebrados en Londres culminaba ayer con una espectacular ceremonia de clausura abrazando al nuevo organizador,Río de Janeiro.
Como en otras ocasiones, serán muchas las reflexiones que desde diferentes ópticas ( deportiva, infraestructuaras, imagen, económica…) habrán de hacerse tanto desde los organizadores como desde las diferentes delegaciones particpantes como desde los simples espectadores.En lo personal, destaco el éxito estratégico de su uso como impulso a la renovación de la ciudad y el compromiso inspirador de sus habitantes. A partir de aquí, me surgen unas cuántas preguntas que muy probablemente no encuentren respuesta o no sean tenidas en cuenta por quienes tienen en sus manos la capacidad de hacerlo:
1) ¿En qué consiste el verdadero «olimpismo» y a qué se debe la ausencia de coherencia entre las diferentes disciplinas deportivas incluídas en los juegos?¿ qué es lo que califica a un deportista-además de sus marcas previas -para competir? ¿Tiene sentido hablar de olímpicos en el caso de jugadores profesionales ( casos llamativos como el futbol, el tenis o el baloncesto) que hace unos días jugaban finales de campeonatos «mundiales»,»opens millonarios» o prstigiosas ligas como la NBA o la Champions League? ¿En donde ha quedado el deporte «amateur» cuando los diferentes países y sus federaciones deportivas establecen sueldos olímpicos» para sus representantes, dotando, además ,de premios e incentivos sponsorizados por las marcas comerciales que financian los juegos?
2) ¿Será posible-al menos en los medios de comunicación españoles- seguir alguna retransmisión de los juegos en que nos reseñen lo que está sucediendo, pongan en valor a los protagonistas reales de cada evento, destaquen los triunfos y el buen hacer de las personas en cuestión, comenter lo que se está viendo,en lugar de ocuparse de descalificaciones e insultos a los contrincantes de España y no tengamos que comparar todo con lo que pasó en la Barcelona de 1992 o lo que pasaría en el Madrid de 2016,2020 o 2024… y ,por supuesto,la mala suerte de los que no han ganado siendo mejores o el triunfo injusto de quienes ganan?
3) ¿Cuál es el uso previsto para las infraestructuras deportivas construidas? ¿Cuál es su modelo económico y el impacto real en el país-ciudad sede?
Sea cuál se la respuesta y valoración de estos juegos concretos, en este espacio de competitividad y desarrollo de ciudades y regiones, resulta necesario valorar otro aspecto esencial:el impulso transformador y renovador de una Ciudad. Una vez más, la ciudad organizadora ha sabido aprovechar un evento para repensar una estrategia ciudad.Lo ha hecho de forma singular, apostando por nuevos espacios, renovando zonas deprimidas, integrando las instalaciones en un nuevo espacio de futuro.Y, más allá del marco físico, ha sabido trascender a sus ciudadanos, favoreciendo la incorporación de su diversidad, de su orgullo y sentido de pertenencia y la fuerza de su lema «Inspirando una nueva generación», no solo para hacer posible unos juegos olímpicos sino para educar a generaciones sobre la historia y tradiciones de su País,resaltar los principios, valores y ejes conductores que han guiado su historia y para convencerles de su capacidad colectiva para construir su propio futuro, de éxito.
Sin duda,un Londres esplendoros que ,más allá de las preguntas (y otras muchas) iniciales,permite concluir con un gran broche de oro,su trabajo .¡Felicidades Londres!Un gran ejemplo a recordar y seguir.
Como decía, quedarán algunas preguntas que , en ningún caso, deben desmerecer el esfuerzo, disciplina, dedicación, talento de la mayoría de los deportistas que han intervenido.Unos Juegos que ponen en valor el esfuerzo y superación humanos a la vez que la generosidad ( decenas de miles de voluntarios), la recuperación de autoestima y prestigio del pueblo organizador y de los países ganadores.
Gracias Londres. Bienvenida y suerte a Río de Janeiro..