Las tensiones políticas y partidarias que vienen dominando el espectro público y mediático en el Estado español generan posiciones variadas,en función del emisario del mensaje y la orientación ideológico-subjetiva del observador,valorando la crisis económica, su profundidad y, sobre todo,las posibilidades y tiempo de recuperación y salida.El debate, en todo caso, encuentra una dominante nube negra asociada con una serie de características que parecen describir el pensamiento compartido:
1) la economía española arrastra un grave déficit de credibilidad y confianza y se oculta entre los buenos e inocentes deseos de «reclamar un nuevo modelo económico»,
2) cualquiera que sea la vía de la recuperación y el momento en que se produzca,vendrá mitigada por una insuficiente capacidad creadora de empleo elevando las tasas de desempleo y marginación a cifras propias de la crisi de los 80´s
3) el desempleado generado por esta crisis está en una dramática situación con evidencia de quasi imposible recolocación ( si bien con los cuidados paliativos de un determinado nivel de bienestar)
4)la sociedad demanda una dirección estratégica firme ( más pedida a los gobiernos que a los empresarios y directivos de la empresa y economía privadas),programas y políticas decididas y claras a la vez que inmediatas y urgentes.
Desgraciadamente,ni el tiempo,ni el contexto general, ni la dirección política,ni el mando empresarial (visible) parecen capaces de satisfacer estas preocupaciones y demandas.Adicionalmente, más allá de las disputas ideológicas cara a aumentar el impacto negativo de la crisis y/o las perspectivas de salida; más allá de informaciones periodísticas tipo Financial Times,the Economist;por encima de trabajos prospectivos de la OCDE,nos encontramos con diversos informes que parecen-con todas las críicas y matizaciones que se quiera-hundir a España en su salida.Las recomendaciones a los inversores internacionales para adquirir Credit Default Swaps( seguros para protegerse del impago de la deuda española) ,hechas por Goldman y el Deutsche Bank,como una de las mas atractivas ofertas en el mercado financiero predice el peor de los escenarios.No solamente demuestran una nula confianza en la economía española sino que, además, animaría a favorece el mencionado default en beneficio de los inversores 8 y,sobre todo, especuladores).Parece que no se puede seguir esperando a que los rectores de la política y economía españoles diriman sus dudas sobre ritmos de crecimiento,marketing de economías sostenibles,sustitución conflictiva de presidentes de empresas estratégicas,conceptos bizantinos sobre reformas inaplazables….La economía española está gravemente enferma.La superación de su enfermedad será traumática pero la intervención se antoja inaplazable.
Desgraciadamente,en ciertas ocasiones, pequeños indicadores suspenden buenos propósitos. La competitividad de la economía española no ha superado el examen.