La pasada semana, con ocasión de un viaje profesional a Nueva York, tuve la oportunidad-una vez más- de participar «de forma espontánea e involuntaria» en una serie de conversaciones indiscretas que ,aisladamente, pueden parecer intrascendentes e inconexas pero que con el ejercicio de una escucha «inteligente» permiten interpretar el estado de las cosas.´
Siempre he sido especialmente crítico con la gente que ocupa aviones, salas de espera, uso del móvil,etc. como espacios propios invadiendo la intimidad de terceros y , sobre todo, poniendo en riesgo la confidencialidad y reserva necesarias.De hecho, durante largos años de experiencia en consultoría, prohibía a colaboradores «repasar o preparar presentaciones a clientes, informes, etc.» en los aviones. Doumentos, logos, nombres de clientes, personas mencionadas con nombre y apellido… son un buen número de sujetos objeto de tremendas indiscreciones que parecen propagarse como muestra de «fortaleza y distinción» del joven profesional que disfruta de sus viajes transoceánicos.
En esta ocasión, ligaba varias conversaciones. Por una parte ,dos «bancarios» descalificaban a sus Presidentes ( y familiares) por la pésima gestión realizada en plena crisis pero, sobre todo, se ocupaban de descalificar a los gobiernos que habían acudido con sus recursos a salvarlos y a «colocar funcionarias» de baja cualificación a controlar el dinero inyectado en sus casas.Se preguntaban con que formación y experiencia acreditada podían llegar a «su banco» a dictar instrucciones cuando ellos,con su experiencia y buen saber hacer, «le daban mil vueltas».No había en su conversación la más mínima autocrítica o duda sobre su responsabilidad en la crisis generada.Por el contrario, novelaban las entradas de inspectores en sus Bancos, las llamadas de madrugada a sus compañeros para acudir a sus oficinas a eliminar documentos comprometedores ó ,por el contrario, las ofertas de la fiscalía para inculpar a sus jefes a cambio de un trato exculpatorio o benévolo.Una pena la ausencia de periodistas de investigación en estos vuelos ya que hubieran encontrado material sensible para llenar sus páginas.Obviamente, «ellos» ( los responsables ) eran todos los demás.Curiosamente, en otra frecuencia de conversaciones detectadas, otro grupo explicaba las anomalías de auditores y agencias de rating y una vez más,parecería como si actuaran sobre papeles, informes y opiniones fantasmas sobre los que los narradores no hubieran tenido participación alguna.
En esta misma línea, fuera ya de los aviones,pero gracias a la complicidad de los comensales de un abarrotado restaurante de Manhattan,el almuerzo se llenaba de rumores y ruido que , con la adecuada sintonía,permitía seguir la conversación.Así , esta vez las críticas se centraban en los políticos ( en especial OBama y los legisladores) que aprobaban planes «sin la menor idea» y sobre todo, incapaces de establecer los mecanismos de gestión y control necesarios para la correcta ejecución de programas y políticas y la garantía del dinero «regalado» a ciudadanos y empresas incapaces de devolverlo.Añadían el error y horror estratégico de tomar participaciones en los bancos no limitándose a aportar recursos para sanearlos.Uno de estos directivos quejosos esgrimía su ejemplo en el City…Así, quienes parecián llevar unos pocos años,al menos, frecuentando esos restaurantes,desempeñando las mismas tareas y gestionando la banca y empresas asesoras asociadas ,privadas ,y que no parecían haber demostrado eficacia gestora en el proceso, centraban su analisis y recomendaciones de solución en la descalificación de quienes son llamados a resolver la inacción previa.Adicionalmente reían por la satisfacción de su «insustiituibilidad» observada : «nos llaman y contratan para que nos hagamos cargo de lo que no saben dirigir«.
Y así podíamos continuar… Desgraciadamente, podemos observar como todas las críticas y comentarios sobre causantes -en parte- de esta crisis se realizan de manera abstracta: » codicia, avaricia, incompetencia, corto placismo,etc.» refiriéndose a otros, sin nombres y apellidos, mientras que quienes han sido parte esencial de esas piezas críticas,continúan en sus puestos, reciben dinero público, restringen el acceso al mismo,conservan los márgenes sin alterar su modelo de negocio y/ó aportación de valor y…continúan paseando su soberbia entre restaurantes, aviones,salas,etc….mientras «otros» no les lleven a engrosar las listas negras de afectados directos de la crisis.Tampoco entonces reconocerán participación activa en la misma. Serán ,simplemnete, víctimas del sistema.Al fin y al cabo, la nueva corriente de pensamiento que parece movilizarse desde los G-X de turno apunta a un responsable: «LOS GOBIERNOS QUE HAN FIJADO BAJíSIMOS TIPOS DE INTERí‰S DESENCADENANDO EL EXCESO DE CRí‰DITO BARATO PARA FACILITAR EL ACCESO A CUALQUIERA Y QUE, ADEMíS, HAN SIDO INCAPACES DE REGULARLO…«,última perla oída antes de coger antifaz y manta y superar las turbulencias aéreas hasta volver a casa. (Por cierto con más de dos horas de retraso ,perdiendo la conexión correspondiente).