El Parlament de Catalunya, por mayoría absoluta, aprobaba ayer un «PACTO FISCAL» a negociar con el gobierno central (Madrid) de modo que la Agencia Tributaria catalana se transforme en un ente con capacidad para recaudar,administrar y gestionar-de forma autónoma- sus tributos así como la tesorería asociada a los mismos.Catalunya viene reclamando, de forma insistente, en los últimos años, la necesidad de disponer de una auténtica descentralización del ingreso que acompañe a la progresiva descentralización administrativa en vigor.
El importante acto de ayer arroja una serie de interrogantes.¿Será posible la aplicación del acuerdo de la mayoría catalana,apoyado en la calle por casi el 80% de su pblación?¿El gobierno español del PP-con el beneplácito,una vez más, del PSOE-PSC- facilitará la negociación requerida o actuará de la misma manera que lo hiciera hace unos años cuando el Parlamento Vasco, en aplicación estricta de la legalidad, aprobó un proceso de reforma estatutaria para negociar con el Estado un nuevo modelo de relación política y económica,dando un portazo al proyecto e impidiendo siquiera su inclusión en un proceso ordinario de debate político en el Congreso de los Diputados de Madrid?
Sea cuál sea el recorrido final que tenga esta iniciativa, resulta evidente que la mayoría de Catalunya se encuentra molesta e incómoda con el estatus quo actual.No entienden como una Comunidad tan relevante se ve avocada a un creciente déficit fiscal, depende de decisiones unilaterales de la administración central de turno para medir el alcance de sus competencias,su tesorería le es gestionada por terceros y su autonomía se ve limitada por la fuerza de los hechos y de las transferencias de crédito acompasadas a ritmos, capacidades y deseos ( presiones de intercambio político) desde Madrid.Día a día, Catalunya y Barcelona se sienten menos comprometidos con España.
En este estado de cosas, llama la atención ( en realidad no demasiado ya que es el comportamiento habitual) que los medios en España( sobre todo en Madrid) reciban esta aprobación parlamentaria( largamente tramitada en el tiempo y debatida en público) con titulares como «tan solo un día después de solicitar el rescate a través del Fondo de Liquidez autonómica (FLA)» ó «Catalunya pide corresponsabilidad fiscal mientras mantiene 80 Embajadas en el exterior y su Televisión catalana»…Debemos recordar que España se encuentra inmersa en una gran crisis,en especial de confianza, que ha obligado a su resacte e intervención y ha obligado a una esperpéntica política de «ajustes».El gobierno y los medios han «vendido» que la razón última no es otra que el desastre autonómico y que el Mapa del Estado y sus administraciones públicas deben reconducirse.¿Qué mejor manera de hacerlo que con racionalidad hacia una federalización o confederabilidad real en la que Naciones como Catalunya puedan redefinir su papel dentro del Estado, adecuar sus poderes políticos y financieros a un poder real y no como tanta entidad artificial que le rodea?
Convendría,no solo por el bien de Catalunya, sino,también por el del Estado español, un poco de inteligencia para comprender que la reforma política,la de la administración pública, la de sus cuentas públicas y la prosperidad de sus ciudadnos pasa no por el malestar con la realidad sino por aceptar las diferencias, la racionalidad de una autonomía que o es política-fiscal-financiera o no lo es.Catalunya ha dado un paso,modesto, hacia su propia autonomía real.La racionalidad de la medida no merece un infantil linchamiento mediático.