Ante las elecciones USA a dos meses vista.

     El final de la catástrofe anunciada con la llegada del tornado-huracán «Gustav» a Nueva Orleans da paso a un cierre  relatiavamente normailizado de la Convención republicana que habrá de nominar oficialmente a su candidato a la Presidencia de los Estados Unidos de América en las elecciones del próximo noviembre.

     No hay duda sobre la trascendencia de estas elecciones y el impacto que su resultado tendrá más allá de los Estados Unidos. En este sentido, no es de extrañar el intenso seguimiento que los medios de comunicación ,a lo largo del mundo,dedican a este largo proceso.Proceso que ha puesto en evidencia una serie de posicionamientos que no parecen coincidir con las valoraciones y sentir del ciudadano americano medio que es quien, en definitiva, vota ( ó, mejor dicho, mayoritariamente se abstiene a juzgar por la experiencia histórica).Así­,la aproximación desde Europa y-en especial- desde determinados medios de comunicación y centros de opinión ,el apasionado deseo de encontrar un cambio en el rumbo de los Estados Unidos lleva a una simplificada visión del blanco y negro tras un cambio radical o un conservadurismo asociable al establishment. En el camino, la falta de matices transmite una equivocada percepción de la realidad. El mismo fenómeno sucedió con la apuesta por Kerry en las últimas elecciones. El deseo se vió frustrado por un mal candidato alejado de la opción mayoritaria del pueblo americano. Hoy, una vez más, corremos el riesgo de de confundir el malestar generalizado con las polí­ticas del presidente Bush y una apuesta generalizada ( mediática) por el cambio hacia la opción del partido Democráta  con una presentación simplista de la realidad. Posición que se ha visto incrementada por  una masiva  apuesta por Obama como sí­mbolo del cambio ( en especial en nuestro entorno).Poco hemos podido saber de la verdadera esencia del cambio prometido en su esperanzado y cuidado discurso, nada de sus capacidades gestoras,nada de experiencias previas de gestión,poco de sus polí­ticas de transformación del escenario al que se enfrenta y ,por supuesto, mucho de un excesivo ataque a su contrincante de partido culpándole incluso de intentar ganar su nominación, descalificando a la senadora Clinton ,cuando parecerí­a recomendable propiciar el debate y confrontación al participar en unas elecciones primarias ( que,por cierto, muchos reclaman como modelo de transparencia y democracia interna rejuvenecedora de los partidos de nuestro entorno).Pero al margen de estas circunstancias coyunturales,debemos esperar que estos dos meses adicionales de campaña-definitiva-permitan conocer los compromisos reales de los dos equipos contendientes : Obama-Biden vs Maccain.Palin ) ante una compleja agenda ,vital para Estados Unidos y de enorme trascendencia para el resto del mundo. Este perí­odo ha de permitir valorar la mejor capacidad de unos u otros para conducir la gestión de la Agenda de los próximos años:

1) Estados Unidos debe reconducir su estrategia de relación con el mundo.Necesita ganar la confianza básica de sus interlocutores para ser capaz de normalizar unas relaciones positivas,repensar el modelo seguridad-libertad ( poniendo el acento en el segundo miembro de la ecuación) y el respeto imprescindible para abordar los complejos retos que tenemos por delante.

2) Estados Unidos habrá de garantizar, de una vez por todas, el acceso universalizado al bienestar ( en especial en su insostenible sistema sanitario)

3) El k-12 soporte de su sistema educativo sigue una senda caótica, demandante de una clara renovación e importantes apuestas inversoras

4) Estados Unidos se enfrenta a una clara transfromación de sus poblaciones inmigrantes y minoritarias que pasarán en un adécada a invertirse porvocando una radical transformaión de la sociedad americana.Proceso que exige estrategias positivas activas y no la asistencia pasiva a evoluciones demográficas

5) Una estrategia energética clara,post-peróleo,que tiene en Alaska un punto de referencia clave (¿la independencia y autosuficiencia que puede ofrecer este territorio requiere un tratamiento diferenciado al que USA realiza en el exterior en paí­ses que califica » de alto riesgo» y que dirigen su polí­tica de defensa en el exterior?), en la que las apuestas por un sistema de energí­as hí­bridas requiere una clara determinación y para la que el trinomio sostenibilidad-energí­a- cambio climático no puede ser una agenda alternativa al desarollo socioéconómico sino atributo relevante de un todo

6) Una reindustrialización competitiva atendiendo a los nuevos espacios naturales de su desarrollo económico que llevarán a concentraciones de nuevos polos de liderazgo económico,superadores de lí­mites administrativos actuales,por ej,el espacio transfronterizo México-USA ó más concretamente, TEXAS-Nuevo-León y Californa ( California-Baja California).Complejo reto competitivo que obligará apolí­ticas industriales activas,desde los estados federales,con una competencia creciente entre los diferentes jugadores, así­ como nuevas estrategias empresariales de internacionalización, más allá del seguidismo geoéstratégico defensa-paí­s que ha precedido la implantación empresarial trasnacional americana.

7) Radical  saneamiento de su sistema financiero y mercado de capitales , con especial reforma de entes supervisores, agentes implicados y directivos de las empresas, en especial financieras y cotizadas,

     Unos cuántos retos que esperan al nuevo inquilino de la Casa Blanca.Retos, además, que deben abordarse desde una clara identificación de la realidad y las palancas esenciales del cambio deseado: el papel prioritario y determinante de todos y cada uno de los Estados Federales y sus ciudades. No se puede olvidar que se elige Presidente del Paí­s y que Washington es muy relevante,pero,más allá de este hecho, la riqueza en el complejo proceso de toma de decisiones de verdadero impacto en todas y cada una de las claves de la Agenda pendiente, pasan por la voluntad y decisión individualizada en y desde cada uno de los Estados de la Unión. No basta una buena cara y un mejor discurso; cientos , miles , de personas habrán de reconducir el nuevo protagonismo esperable en los Estados Unidos de América.Nuestra esperanza ( preocupación) reside en que los americanos  dispongan de la informacióna adecuada para elegir el mejor ticket capaz de acometer este complejo y exigente reto.Es su reto,pero de gran impacto para los demás.