La semana pasada, terminaba una reunión de trabajo en Nueva York, y coincidía , a la entrada de la Catedral de San Patricio, con un nutrido grupo de mariachis, folklore indígena mexicano y una concurrida peregrinación festejando a su venerada madre de Guadalupe.
El interés y curiosidad por observar como es un festejo guadalupano , a larga distancia física y emocional ,en la ciudad de Nueva York ,me llevó a entrar en la iglesia y participar del acto.Más allá de su caracter religioso- festivo,con una alegre Misa con mariachis,bendición de niños vestidos a la supuesta usanza de Juan Diego ( a quien se supone se apareció la Virgen hace más de 450 años para pedirle acudiera al Obispo vasco Zumárraga para pedir la construcción de una Basílica en su honor), llegada y recibimiennto de la antorcha peregrina llevada desde México en relevos durante los últimos 90 días, llenando de colorido y celebraciones los miles de kilómetros recorridos a su paso por las principales ciudades estadounidenses con amplias colonias mexicanas. Ciudades repletas de ciudadanos estadounidenses de origen mexicano ,comprometidos con sus raíces y ,por supuesto, con su Virgen y Señora de Guadalupe..
Terminada la Misa y cuando parecía que por encima de la ceremonia religiosa, la fiesta animada por la música de mariachis, las mañanaitas a la virgen y los anuncios comerciales agradeciendo a todos los patrocinadores-con sorprendentes aplausos a todas las empresas como de un festival deportivo se tratara,llegó el mensaje del Obispo que oficiaba la ceremonia.Para mayor coincidencia, 450 años después de la solicitud a Zumarraga,se trataba de otro obispo vasco, esta vez de Nueva York y no del Tepeyac,el Obispo Josu de Iriondo ,quien al dirigirse a los pequeños a quienes bendecía recordó que » entre estos niños, hoy estadounidenses, se encuentra el futuro presidente de los Estados Unidos de América.Recordad entonces, cuando estéis investidos de autoridad,que esta solamente tiene por objeto el poder de servir a los demás y nunca a uno mismo.Ese día,sin duda, este país, el México de vuestro origen y el mundo ,serán más iguales y mejores».
Así, con independencia del acierto o no, de lo profético o no del mensaje del Obispo, que duda cabe que existe una alta probabilidad de que así sea. Los ya más de 10 millones de ciudadanos legales estadounidenses de origen mexicano,suponen un peso relevante en el País y su especial concentración en las otrora tierras mexicanas hoy formalmente incorporadas a los Estados Unidos,conforman, paso a paso, un nuevo espacio de desarrollo económico y social superador de la fronteras Mexico- USA,tan castigadas como frecuente escenario de la migración ilegal y descontrolada, los abusos y explotación frecuentes, el dominio de las mafias y abusos de autoridad y reflejo de un enorme desequilibrio norte-sur.
Como ya hemos recordado en este blog en otras ocasiones, el escenario de futuro al que habremos de acostumbrarnos, permitirá que tarde o temprano, México supere su sangrienta y nefasta encrucijada del narcoterrorismo que le aqueja y podrá abrazar un futuro de esperanza en el que su población,joven y preparada, vivirá con normalidad su pertenencia a un NAFTA y espacio norteamericano real, compartido, de prosperidad en el que, además, se abrazarán aquellos ciudadanos estadounidenses de origen mexicano, aquellos ciudadnos mexicanos y ,por supuesto, norteamericanos originarios en ese «pot» de culturas que define la optimista constitución jorteamericana. Será un espacio de bienestar, a ambos lados de la frontera, construido de comun acuerdo, por uno y otro lado de la frontera, sus pueblos, y represntantes pata generar un espacio coopetitivo más igualitario ,justo y de éxito.
Quizás ese día, recordemos las palabras del Obispo Iriondo y contemplemos a es niño presidente, estadounidense de raíces y origen mexicano, liderando un espacio mejor.