POLíTICA, GOBERNANZA, CALIDAD Y EFICIENCIA

    La intensa y generalizada desafección aparente por la polí­tica, la descalificación permanente a todo aquello que sea asimilable al ejercicio de la polí­tica y la gobernanza pública parece impregnar toda conversación, opinión ó actitud en el seno de nuestra sociedad.

    Sin embargo, en medio de esta inevitable tormenta -con más de un nubarrón ganado a pulso por malas propias polí­ticas, partidarias y personales- resulta más necesario que nunca evitar la generalización -como en cualquier otra actividad por noble que parezca ó sea- además de su conversión en «escudo y excusa» a nuestras debilidades y comportamientos individuales y colectivos, ya sea en el ámbito personal, profesional ó social. Al hecho de padecer las consecuencias de nefastos y erróneos comportamientos públicos, de soportarlos con el «pago de nuestros impuestos» y de observar, en algunos casos, el mal uso de nuestra representación y voto democrático, no podemos trasladar la responsabilidad única de nuestros males, nuestras aspiraciones insatisfechas, nuestros errores y conclusiones fallidas, nuestras debilidades ó incumplimiento de obligaciones con terceros y con nosotros mismos.

    Todo esto viene a cuento como consecuencia de una rápida lectura a dos documentos de diferente orientación y objetivo desde muy diferentes orí­genes, convergentes en una de las muchas reflexiones  en el seno y meollo del debate. En la prensa de hoy (El Paí­s), Daniel Innerarity (Catedrático de Filosofí­a Polí­tica y Social) aborda «el elogio y desprecio de la clase polí­tica» rescatando el valor de la misma, reivindicando su carácter indispensable y advirtiendo de los grandes males que la ausencia de su ejercicio democrático supondrí­a y llama la atención respecto de la «calidad» imperante en cualquier otro colectivo profesional con una categórica referencia a la «paradoja del último vagón», en virtud de la cuál se animarí­a a suprimir el último vagón de todos los trenes, ya que son estos los más dañados en la mayorí­a de las percances ferroviarios, con una tremenda máxima: «es imposible que unas élites tan incompetentes hayan surgido de una sociedad, que, por lo visto, sabe perfectamente lo que deberí­a hacerse».

    En relación con este aspecto clave, la lectura del Informe de la Dirección General de Polí­tica Regional de la Comisión Europea, «Measuring the Quality of Government and Subnational Variation», elaborado por el Instituto de Ciencia Polí­tica de la Universidad de Gothenburg, Suecia analiza la «Calidad de la Gobernanza» partiendo de una contundente premisa que merece la pena recordar: Un gobierno democrático no es suficiente. Su calidad pasa, además, por la adecuada inclusión/solución de al menos cuatro elementos adicionales cuyo cumplimiento resulta de extrema complejidad: 1) El papel de la ley/regulación, su aplicación; 2) El estado de la corrupción, su prevención, control y erradicación; 3) La calidad y eficiencia de la burocracia y el funcionariado y 4) La fortaleza y calidad de las Instituciones, el proceso electoral, el reparto de poderes, el proceso de nombramiento y separación de los representantes y cargos públicos y de designación.

    Y, por si no fuera poco, la propia orientación del tí­tulo del informe no es casualidad.  El diferente comportamiento de unas regiones y administraciones públicas respecto de otras en un mismo Estado, es diametralmente opuesto. En sus conclusiones, analizado el conjunto de la Unión Europea, por encima de medias agrupan de manera un tanto benévola tres tipos de paí­ses: los solventes, los medios y los mediocres. Y dentro de cada uno de ellos, casos relevantes (en positivo) y casos «de horror» en un mismo Estado. Es el caso de España. Adicionalmente, destaca casos sobre los que aprender (Por ejemplo, con gran satisfacción dedica una amplia descripción al Paí­s Vasco, entre la graví­sima división, por supuesto, en España pero también en el conjunto de Europa) que, en su conjunto, les llevan a la posibilidad de formular una serie de «Consejos» ó lecciones de éxito aprendidas, observadas en aquellas regiones ó subnaciones sobre los que quizás -problemas y grandes mejoras por desarrollos aparte- merecerí­a la pena considerar:

1. Disponer de una prensa independiente, profesional y objetiva, con la suficiente competencia «ideológica» y de «control» entre medios que posibilite el contraste de la «realidad publicada» y ejerza un contrapoder real, a la vez que éste no sea monopolio del «cuarto poder».

2. Una cultura y polí­tica de alta transparencia alentada y estimulada por las propias Autoridades Públicas.

3. Un rico y activo tejido y organizaciones sociales no «atadas» al favor ó beneficios de los poderes públicos.

4. Una Comunidad con elevado sentido de pertenencia, en una cohesionada diversidad, comprometidos con la «losa Pública» de la que se sienten partí­cipes».

5. Elevada «meritocracia» en el anexo a la burocracia y gobernanza.

6. Facilitar sistemas de comunicación, trasparencia y «denuncia activa» de decisiones y malas prácticas ó comportamientos.

7. Incorporación sistematizada de las mejores prácticas y técnicas de gestión público-privadas al servicio de la eficiencia.

8. La importancia del Autogobierno, la asunción del riesgo propio (fiscal, financiero,  medición de resultados, comparación con terceros, medida de impacto económico y social de las decisiones y polí­ticas) y la máxima descentralización y contra poder interinstitucional.

    Obviamente, es solamente un Informe. Es una aproximación. Pero que duda cabe que si al menos nos empeñamos en dar por buenas las conclusiones de ambos documentos y los incorporamos al diseño y práctica de la gobernanza, nos acercaremos a su reclamo de «regeneración de la vida pública» tan necesaria para construir un futuro distinto.

EL MEJOR ALCALDE DEL MUNDO.

The City Mayors Foundation , http://www.worldmayor.com/ hací­a pública la designación del «mejor Alcalde del Mundo» conforme a su ya conocido proceso instaurado hace 8 años.En esta ocasión, el elgido ha sido el Alcalde de Bilbao, Iñaki Azkuna.

Como todo premio, concurren en el agraciado diversas circuntancias que lo explican más allá de las opiniones y valoraciones personales de quien lo contempla. En esta ocasión -como en todos los casos anteriores- una primera condción sine qua non para lograrlo es el éxito y relevancia de la propia ciudad que dirige. En este caso, la Villa de Bilbao es en sí­ misma la ganadora de innumerables premios que le han situado en el referente mundial de la transformación innovadora de las ciudades, más allá de su propia re configuración urbana. Bilbao es hoy un icono de innovación, caso de referencia internacional y el primer ganador del premio Lee Kuan Yeu-llamado a ser «el nobel de las Ciudades» -además de continuas distinciones que, dí­a tras dí­a, van añadiendo valor diferencial a un inacabable proceso de mejora y prosperidad: ejemplo de Ciudad con endeudamiento cero en plena crisis económica y ajustes presupuestarios en todo sector público a lo largo de la Europa recesiva, referente en modelos de transparencia y gobernanza, etc. Proyectos, iniciativas, estrategia de la que ha formado parte, no solamente desde la Alcaldí­a sino desde otras responsabilidades públicas, el actual Alcalde reforzando su liderazgo en estos 14 años de continuos y renovados mandaros democráticos con el respaldo de la mayorí­a absoluta de la población.

Pero si en otras ocasiones hemos destacado, también desde este espacio, las claves del éxito de la estrategia de transformación de la Ciudad Región de Bilbao-Paí­s Vaso, hoy debemos poner el acento en aspecto difeencial del liderazgo y contribución personal. Hoy no se premia a la Ciudad de Bilbao sino a su Alcalde, Iñaki Azkuna, con nombre y apellido. Su estilo de dirección, su cualidad de estratega público, su compromiso y pasión por la ciudad al servicio de los ciudadanos, su capaidad integradora de las procesos colaborativos público-público y público-privado, aportan ese elemento diferencial que hace que una Ciudad sea diferente a otra, que similares proyectos e iniciativas en apariencia, sean diferentes y que muy pocos tengan éxito aunque participen las mismas empresas, se utilicen instrumentos similares e incluso los apoyen los mismo partidos y fuerzas polí­ticas, académicas ó empresariales. Las personas aportan algo más que un pequeño plus y en este caso, la aportación del Alcalde Azkuna a Bilbao es mucho más que ese plus. Por eso, hoy, superada la confrontación con 900 alcaldes a lo largo del mundo.la elección del mejor Alcalde del Mundo, hace que como bilbaino, sienta el orgullo de que mi Alcalde y amigo sea nada más y nada menos que el «mejor Alcalde del Mundo». Ni más, ni menos.

DESTROZAR EL DESARROLLO CON LA EXCUSA DE LA CRISIS

       Hoy hemos conocido los pilares del borrador de una nueva reforma de las administraciones públicas en el estado español.

       La crisis económica por la que atraviesa España  no solamente ha venido a demostrar las enormes debilidades y pies de barro sobre los que cimentaba un crecimiento artificial, una competitividad mal entendida y relevantes falsedades que ,a base de repetidas, constituí­an una aparente «verdad» aceptada que parecí­a garantizar un permanente crecimiento y  sobre la que se apoyaba una insultante prepotencia de ejecutivos express que se pavoneaban a lo largo del mundo en el interior de sus burbujas particulares financiadas por las multinacionales emergentes al amparo del favor oficial «privatizador».Su insano crecimiento financiado o pseudo protegido por el intercambio de «papeles» terminaron estallando,poniendo en evidencia la fragilidad de un sistema financiero del que se presumí­a «como el mejor del mundo». Bastaron dos estornudos para demostrar que las Autoridades del Banco de España, los reguladores,órganos de gobierno y dirección de las entidades financieras ni controlaban, ni planificaban, ni gestionaban ni sabí­an por donde les daba el aire para recurrir al rescate del denostado Estado para que tirase de us presupuestos públicos, acelerara sus niveles de endeudamiento y terminara incumpliendo compromisos con su club europeo, con los proveedores, con los ciudadanos y no haya tenido otra opción( aparente) que recurrir a una desenfrenada cadena de recortes y ajustes de gasto, incremento de impuestos y ,sobre todo, la justificación de actuar sobre las polí­ticas públicas bajo el reclamo de una supuesta eficiencia y modernización de las Administraciones Públicas.

       Bajo esta bandera, aplaudida sin suficiente reflexión gracias a la demagogia dominante de «cuanto menos gobierno mejor» se ha instalado una larga e intensa carrera para destrozar las otroras claves del desarrollo económico y bienestar de los ciudadanos,productividad y eficiencia de sus empresas y generación de riqueza e innovación que habí­an llevado a creer que se tení­a la oportunidad de acceder a los grupos priviliegiados del liderazgo económico mundial.El espejismo se ha convertido en un destrozo de nada menos que el 50% del mercado financiero,llevándose por delante-sin alternativa alguna- el sistema de Cajas de Ahorro argumentando su politización y dependencia de los intereses y polí­ticas públicas en contra de los mandatos del mercado.Este destrozo no ha sido suficiente y la nueva bandera de la centralización surge con aires renovados llegando hasta el máximo de la prometedora eficiencia anunciando nuevas reformas que pasen por disponer de un único Boletí­n Oficial ,de un falso «mercado único», de una «ventanilla única»,de un monopolio de apariencia privada dominado por el amigo público de turno, bajo el descontrol de un gabiente de gobierno que, semana a semana, dicta decretos-ley,incomprensibles, imposibles de seguir  bajo la supuesta competencia de abogados del estado y técnicos comerciales que, en su dí­a, aprobaron un listado de temas en una oposición memorista para dirigir un gobierno que ha sido incapaz de decir hacia donde pretende llevar este otrora «Estado autonómico»-

         Todaví­a hace no más de dos años, en cualquier foro medianamente ilustrado, se destacaba el modelo descentralizador de los últimos años-con sus ineficiencias y desarrrollo pendiente- clave en el éxito del crecimiento y «milagro español».Hoy se ha convertido en el principal culpable.Sin duda alguna, el gobierno español ha conseguido utilizar y manipular la crisis para facilitar una importante desafección con el modelo que ellos mismos gerenciaron durante años.Lejos de cualquier autocrí­tica a su mala gestión,sus corruptelas no controladas y su perversa utilización del poder autonómico generado,han decidido detruirlo y concentrar «el poder,la ideologí­a y el pensamiento» en unas pocas manos ,desde Madrid,por supuesto.La crisis seguirá su curso pero no es cosa suya. Algún dí­a, «la locomotora alemana, europea, mundial» resucitará y volverá a generar los 6 millones de empleos necesarios para recuperar la sonrisa. Entonces, serán otros quienes reconstruyan instrumentos financieros, administraciones innovadoras descentralizadas, servicios eficientes, prácticas participativas y buen gobierno.Entre tanto, ¿habrá que soportar la llamada nueva reforma de las Administraciones Públicas que preparan los expertos de la patronal CEOE,los sindicatos ,el Gobierno y un par de catedráticos recurrentes cada vez que se observan oportunidades para recentralizar y destrozar el sector público?