CAJAS DE AHORROS:INNOVAR DESDE LA CRISIS…

    Hace  unos dí­as hablaba de la necesidad de «ganar el futuro desde la crisis».Hoy, en esta misma lí­nea,me permito comentar unas cuántas ideas que tuve ocasión de discutir en un debate relacionado con la «configuración de un nuevo mapa de Cajas de Ahorro en España» .

     Es evidente que en estos dí­as, la profundidad de la crisis , las dificultades reales por las que atraviesan diferentes Cajas de Ahorros(no solamente las Cajas,sino unos cuántos bancos),los retos de futuro que invitan a considerar nuevos modos de tamaño, crecimiento, solvencia, participaciones empresariales, gestión,participación pública en el sistema financiero,transparencia y capacidad/simplicidad en la supervisión,reguilación y control,además del caldo de cultivo mediático y las intervenciones gubernativas,aconsejan una mirada crí­tica al futuro de estas entidades financieras de ahorro.

       Antes que nada, conviene afirmar con rotundidad la validez de estos instrumentos financieros. Las crí­ticas generalizadas a la participación polí­tica en sus órganos de gobierno,al localismo por su territorialidad,a la falta de «dueño real»,a su supeditación al uso hí­brido de la coopí¨ración al desarrollo regional, a su obra social , a sus trabajadores e impositores y al apoyo excesivo a las empresas de su entorno merecen una revisión rigurosa. En mi opinión, son precisamente éstos los elementos esenciales que las hacen únicas, positivas y auténticos referentes para el papel que están llamadas a jugar. Así­ las cosas, de lo que se tratarí­a no es de «convertirlas en bancos ordinarios»( dicho sea de paso,con propietarios difusos y escasamente relevantes en su gestión,tan globales o locales como sus dirigentes deciden serlo en cada momento, tan supeditados o más al poder polí­tico como el resto,tan intervenidos cuando la crisis aprieta como los demás…) si no de identificar los instrumentos necesarios para garantizar su eficacia, su gestión profesionalizada, su correcto control (polí­tico,financiero y regulatorio además de social), su vinculación con el territorio y su compromiso largo placista con el desarrollo económico y social de todos sus «stakeholders».Y en este ejercicio,lo que resulta peligroso es,precisamente, la silenciosa intervención del Gobierno y Banco de España transformando su papel y contol-aprovechando la sensación de crisis y debilidad-para perturbar los elemntos asociables con su espí­ritu diferenciador: territorialidad, proximidad, interacción con los gobiernos naturales,responsabilidad y control social,conocimiento e interlocución con el entorno local del que formam parte.Llama la atención que determinados gobiernos ( como el Gobierno Vasco,por ejemplo,) no se planteen recurrir la norma aprobada cuando lo hacen casi todos con independencia del color partidario de sus rectores.

       Es aquí­ cuando necesitamos ideas innovadoras. No se trata solamente de fusionar ó agrupar Cajas para que las débiles se vean salvadas por otras en mejor situación sino de reinventar un nuevo mapa.Bienvenido el contropl y supervisión riguroso y real de los entes correspondientes pero no olvidemos la esencia y diferenciación positiva de las Cajas.No es la fusión ni el único ni el mejor de los caminos.

      ¿Se puede crecer por otras ví­as? ¿Cabe el uso de Bancos -propiedad de las propias Cajas-y/o de Corporaciones Industriales ó de Servicios,de nuevas modalidades de gestión compartida, de entes consorciales,etc. cara a la adquisición, crecimiento y potenciación de las fortalezas requeridas por el nuevo Mapa, sin las dificultades reales ( no solamente  «Polí­ticas o localistas») de procesos que difí­cilmente podrí­an romper las fronteras intra territoriales?

Asistimos a un reto extraordinario que invita a la innovación.Repensemos las estrategias y no caigamos en la salida fácil del recetario funcionarial del supervisor ó del ya tan conocido,probado y fracasado pensamiento único.Ganemos el futuro desde la crisis, también,desde las Cajas de Ahoros y su nuevo Mapa de futuro.

CRISIS Y G-20,NUEVE MESES DESPUí‰S…

    EL Próximo dí­a 15 de agosto se cumplirán nueve meses de la celebración de la Cumbre del G-20  el pasado noviembre,en Washington.Cumbre en la que los primeros mandatarios de los gobiernos de las principales economí­as del mundo,proclamaron su compromiso » en reforzar nuestra cooperación y a trabajar en común para restaurar el crecimiento económico en el mundo y para llevar a cabo las reformas necesarias en los sitemas financieros mundiales«,que si bien no supuso «reinventar el capitalismo» como anunciara Sarkozy,ni la esperada respuesta a grave crisis por la que transitábamos con elevadas dosis de incertidumbre en cuánto a dimensión,duración y ví­as de solución,si parecí­a despertar una relativa confianza en la oportunidad de aprender de las lecciones del pasado, de acometer reformas inmediatas en el mundo financiero,su supervisión y regulación,el rol de los gobiernos y su participación activa en el sistema económico evitando dejar en manos invisibles el insuficiente juego de los mercados,así­ como la reflexión en torno al mal llamado «modelo económico» y la inaplazable re orientación de polí­ticas públicas, prioridades económicas,modelos de gestión,vuelta a la estrategia y el largo-placismo,revisión de los organismos internacionales y la actuación «fotocopista» de sus asesores y funcionarios y un largo número de medidas en favor de la transparencia y la adecuación del discurso,el marketing y los modelos de negocio empresariales hacia fortalezas y capacidades reales de las empresas y no al oportunismo del mercado y las redes de relación,bajo dirección unidireccional del llamado mundo del papel y el capital vs el de la economí­a real.Desde entonces hasta hoy,empresas,trabajadores y ciudadanos han volcado sus demandas en los gobiernos y algunos de ellos han intervenido con ingentes cantidades de dinero apelando al endeudamiento,a la reasignación del gasto y ,en su mayorí­a, a favorecer la aceleración anti-cí­clica de la inversión en infraestructuras ( algunas de ellas con sentido y orientación de futuro y las más, como paliativo coyuntural de urgencia,asistencia ó incluso marketing).

     Entre tanto, la crisis se ha acentúado y más allá del debate de jardinerí­a en torno al color,fortaleza y temporalidad de los brotes observables,contemplamos como  la inmensa mayorí­a de las expectativas de cambio radical ,medianamente apuntadas, brillan por su ausencia cayendo en un pesimismo que nos lleva a pensar que una vez superada la crisis ( algún dí­a pasará,en tiempos distintos para según que empresas,industrias,mercados ,paí­ses y regiones…) lamentaremos no haber aprovechado el inevitable mal momento para intentar «ganar el futuro en y desde la crisis».Nos preguntamos si estamos cambiando en profundidad los instrumentos de regulación y supervisión de los mercados ( no solamente del financiero),si estamos fijando nuevos criterios y reglas del juego para profesionales y jugadores que en el se desempeñan,si los Gobiernos están impulsando transformaciones profundas en sus estructuras,polí­ticas ( y sobre todo,estrategias),silas empresas están diseñando y tejiendo «el otro lado de la orilla»,una vez superado el bache coyuntural,si las apuestas mediáticas por determinadas industrias y fuentes de futuro están aacompañadas de estrategias reales, completas, comprometidas y con recursos asociables a los resultados previstos,si abordamos con realismo y coraje los cambios y reformas ( mercado de trabajo,mercado educativo,administraciones públicas…)necesarios para su adecuación a un futuro deseado diferenciado.Sin duda, son muchas y profundas las preguntas, en especial, en pleno agosto.Pero la fecha es una buena excusa-una vez más-para recordar que septiembre nos pillará con los deberes sin hacer.A algunos más que a otros.

     Recibamos con ilusión y confianza algunos sí­ntomas de recuperación,desde el comportamiento bursátil ( durante mucho tiempo hemos recordado que dice menos de lo que de verdad pasa),la recuperación de algunos paí­ses ( para algunos porque fueron los primeros en entrar ( como USA),ó porque supieron reacionar con gran intensidad y rapidez, compañando una relativamente mejor posición de partida ( China),por el  impacto positivo  de las intervenciones públicas ( pocas veces se ha inyectado tanto dinero en situaciones otrora controvertidas y hoy animadas por el propio mercado)…Pero desde esta deseable confianza en el futuro,repasemos nuestras crí­ticas  y buenos propósitos y actuemos en consecuencia. No olvidemos que ni ha pasado por generación espontánea, ni ha terminado, ni saldremos igual que cómo entramos. Y , sobre todo, recordemos que ,como siempre, el futuro,lo construimos nosotros,entre todos.Nueve meses después nos quedan muchos deberes por hacer…