¿Construyendo la Tercera economí­a del mundo?

Mi participación en el reciente Foro Internacional clusters 2008, en el marco de los eventos de la Conferencia de Gobernadores Transfronterizos Mí‰XICO-USA, en la ciudad de Monterrey el pasado jueves, me ha permitido profundizar en una serie de elementos relevantes a considerar y compartir a lo largo del mundo de los estudiosos y «practitioners» de la clusterización.  Así­, más allá de compartir y debatir tendencias mundiales sobre la propia clusterización y su impacto en el desarrollo regional, o de las industrias de la energí­a (en especial renovables) y en un momento crí­tico en el que México debate el «reparto de su renta petrolera» y la participación extranjera empresarial, ó el porvenir de su  software en sus variadas especialidades y nichos (desde 23 clusters de TIC’s en México en diferente grado de desarrollo) o de los clusters aeroespacial ( incipiente) y automotriz ( de potencial liderazgo) representando las iniciativas punteras en el estado de Nuevo León, podemos destacar una serie de cuestiones cuya consideración merece la pena:

1.      El desafí­o cambiante en la generación de nuevos espacios coopetitivos, superadores de esquemas tradicionales y  fronteras polí­tico-administrativas vigentes , hacia nuevos espacios propios de un desarrollo económico-social natural

Así­, los Estados fronterizos del Sur de Estados Unidos (California, Arizona, Nuevo México y Texas) y sus contiguos vecinos mexicanos en la frontera norte (Tamaulipas, Nuevo León, Sonora, Chihuahua y Baja California) cuyo PIB agregado supone que esta región represente la 3ª Economí­a Mundial, vienen trabajando en la creación de un nuevo espacio, con instrumentos comunes de gobernanza (Conferencia de Gobernadores, Instituto de Encuentros Empresariales, Mesa de Clusters transfronterizos) focalizados en el desarrollo del interés común a través de una serie de corredores a lo largo de las 2.000 millas de frontera que otrora los separaba: un corredor de seguridad, un corredor logí­stico, un corredor de innovación y tecnologí­a…

Adicionalmente, todos y cada uno de los Estados implicados profundiza en otros espacios propios complementarios.  Tal es el ejemplo de Nuevo León, que desarrolla un mapa de anillos concéntricos complementarios: a) la región NORESTE (los estados mexicanos de Nuevo León, Tamaulipas, Coahuila y Texas), b) región metropolitana del corredor automotriz Monterrey-Saltillo y su esfera de influencia y c) o el atractivo espacio regional Texas-Nuevo León (40% del Comercio Exterior México-USA) y que supone un espacio natural, más allá de fronteras, de elevada concentración de los clusters de automoción TIC’s, aeroespacial y energí­a, por ejemplo, configurando una de las más sugerentes áreas base de futuro para la manufactura inteligente de las próximas décadas.Nuevo espacio que si es capaz de concebir e integrar un nuevo concepto territorial Texas-Nuevo León,Coahuila y San Luis Potosí­ ,conformarí­a una región de alta especialización haciendo de la industria automotriz, las TICS, la biociencia y la aeronaútica un espacio lí­der difí­cilmente superable.

2.      Una apuesta decidida de los Estados mexicanos lí­deres (con especial relevancia Nuevo León) en formalizar un esquema normativo e institucional para favorecer la clusterización asociativa organizada en 8  áreas  y segmentos estratégicos como motor de su desarrollo económico regional.

3.      Una labor intensa y decidida de las principales Universidades (Tecnológico de Monterrey y Universidad de Nuevo León) por ordenar sus lí­neas prioritarias de investigación y desarrollo tecnológico a las demandas estratégicas del desarrollo regional de los estados base en que se implanta..

4.      Desindustrialización progresiva de Estados Unidos en beneficio de inversiones en México.  La superación competitiva estadounidense transita hacia un nuevo estadio caracterizado tanto por un punto de inflexión en la composición de su mano de obra productiva (con clara ventaja competitiva a favor de México en el medio y largo plazo) como de su movimiento  hacia una nueva economí­a de las ideas «mente-factura»  que provocará una progresiva desindustrialización clásiva a favor de sus vecinos del Sur.

Será, precisamente, la configuración de nuevos espacios regionales «naturales» la ví­a para encontrar una solución exitosa de futuro.

Unas cuántas reflexiones de gran interés en las que el modelo Vasco de clusterización y glokalización viene ejerciendo su influencia en los últimos años y que, sin duda, renueva ideas y conceptos asociables a esta poderosa herramienta natural (economí­a-territorio) que es la clusterización y, con intensidad, su estrategia gloKalizadora a lo largo del mundo. La presencia del modelo vasco, sus conceptos y práctica, han acompañado diferentes intervenciones y referencias a lo largo del Foro.

Un proceso imparable que habrá que seguir con gran interés y pasión.  Nuevos rumbos y nuevos procesos de aprendizaje colaborativo.

Y todo ésto, en un medio fí­sico (El Horno 3 de la histórica Fundidora del Hierro y Acero de Monterrey, primero en operar en Latino América, como ejemplo de una arqueologí­a industrial polivalente transformada en museo-auditorio y espacio de encuentro de vanguardias.  También, en sí­ mismo, un modelo a considerar. En definitiva, un avance cualitativo en este largo proceso innovador desde la clusterización de la economí­a.

Mí‰XICO: UNA NUEVA OPORTUNIDAD

Hace unos dí­as tuve la oportunidad de participar en un encuentro de empresarios vascos presentes en México, de la mano de ProMéxico y el Consulado de México en Bilbao.  Se trataba de recordar la decidida apuesta del Paí­s por la absorción y canalización de inversión extranjera, así­ como de explorar las oportunidades que tanto la estrategia económica, como su Plan especial de Infraestructuras suponen para los próximos años.

Para quienes creemos conocer muy bien este maravilloso Paí­s y seguimos con interés (y compromiso personal y profesional) su desarrollo, México conjuga un doble aspecto complejo: si por un lado parece el claro referente económico, polí­tico y social de Latino América y el conjunto de paí­ses emergentes de éxito percibible, por otro lado su historia le acompaña de serias dificultades coyunturales que terminan desanimando al inversor u observador externo.  Parecerí­a ser la historia repetible e insuperable…

Han sido, así­, muchos los momentos en que han atraí­do la prioridad inversora foránea para terminar decepcionando ante avatares inflacionistas y desfases relevantes entre planes y realidades.

Hoy, sin embargo, México vuelve a importar -no ya desde unos años de crecimiento económico sostenido o por el hecho estadí­stico que sitúa a Europa como su primer cliente por encima de Estados Unidos de América- sino por los análisis de perspectiva y apuesta estratégica vuelven a resituarlo entre los espacios reales de oportunidad.  Eso sí­, la apuesta estratégica requiere la reconsideración de variables riesgo- oportunidad de primerí­simo nivel:

  1. Se perfila como quinta economí­a del mundo en el 2050
  2. Sus bonos paí­s a 2040 se colocan en el mercado internacional al 6%
  3. Su posición relevante en la franja transfronteriza con USA cambiará de forma radical en los próximos 15 años: de ser un proveedor de mano de obra emergente pasarí­a, en todo caso, a ser un cualificado empleador exportador de talento.
  4. Un largo y complejo proceso transformador del Estado hacia una federalización real (polí­tica, fiscal y financiera) en beneficio de la competitividad y el desarrollo regional.
  5. Un compañero privilegiado en múltiples diálogos bilaterales con la UE, USA, ASIA y los diferentes paí­ses y nuevos espacios regionales por construir en Latino América.

Todos estos elementos constituyen una clara luz de esperanza y oportunidad a la espera de estrategias inversoras largo placistas.

Más allá de coyunturas favorables (no exentas de riesgos y dificultades), es -sin duda- un gran espacio de oportunidad.

¿Será esta vez?

El espacio Ciencia-Innovación

Una de las «sorpresas innovadoras» del Presidente Rodrí­guez Zapatero con ocasión de su última formación de gobierno, fue la refundación de un Ministerio de Ciencia e Innovación, en un nuevo intento de resucitar fracasos anteriores y modernizar la polí­tica cientí­fica, de investigación y tecnológica en el desafí­o mundial por la generación, atracción y retención del talento.

Este complejo desafí­o no solamente ha empezado un lento y tortuoso recorrido de identificación de competencias, recursos, áreas de actividad e incluso despachos para empezar a disponer de un hueco (más que un espacio fí­sico) para trabajar, sino que ha vuelto, rápidamente, a los errores del pasado.

Así­, si hace 25 años el socialismo gobernante (y no solo ellos) apoyado en el establishment ciencia-tecnologí­a y los asentados catedráticos y jefes de departamento universitarios vitalicios, defendí­a su total oposición a polí­ticas tecnológicas o de I+D «regionalizadas», abogando por la centralización -incluso en un ámbito europeo supra estatal- y descalificaban a quienes «desde el aldeanismo» pretendí­an configurar espacios regionalizados e infra estatales de innovación, hoy vuelven con similares planteamientos pese a la fracasada experiencia.

Hace escasas horas, la Ministra del ramo declaraba en Bilbao no solamente su negativa a cumplir con una ley orgánica (El Estatuto de Autonomí­a) y transferir las competencias exclusivas que corresponden al Paí­s Vasco (pendientes hace 30 años) sino, lo que es más grave, apuntaba unas breves pinceladas de lo que pretende ser su polí­tica:

1.      Dirección centralizada de una única polí­tica ciencia-investigación-tecnologí­a desde su Ministerio

2.      Creación de 4 ó 5 agencias Estatales que coordinen todos los recursos y polí­ticas del Estado

3.      Oferta de «participación a las Comunidades Autónomas» que, renunciando a sus propias estrategias, se unan a su iniciativa

4.      Premios y bonificaciones (subvenciones, créditos blandos y autorización de contratación de investigadores del exterior) para quien se sume a su proyecto.

Bajo este esquema, no ha ocultado que uno de sus objetivos es «premiar a Euskadi» con la sede de una de las 4 Agencias (parece que por fin entienden la desproporción de un CSIC que solo tiene 14 personas de sus 10.000 de plantilla en una comunidad que genera el 40% del output tecnológico del Estado) y «mucho dinero de Europa y de los cuantiosos fondos prometidos por Zapatero» (antes de enredarse en ésto que al parecer pudiera ser una crisis económica).  Es decir, la búsqueda de un modelo exitoso sobre el que construir su futuro, se basarí­a en un modelo regional, diferenciado, alejado de las estrategias generalistas de los gobiernos centrales.El modelo base sobre el que construirí­a su  estrategia futurista es aquél que pretende obviar.

Porque hoy en dí­a, nadie con criterios objetivos negarí­a la evidencia: los ámbitos adecuados para la innovación son ,precisamente,los espacios regionales debidamente articulados e institucionalizados en su territorio, con visiones microeconómicas hacia la competitividad, partenariados público-privados ad hoc, liderazgo y compromisos presupuestarios significativos, desde sus propias capacidades de organización y definición estratégicas.  En esta lí­nea, incluso la nada sospechosa Agenda de Lisboa reclama su «nacionalización-regionalización» para hacerla viable.

Esperemos que los agentes y protagonistas del futuro espacio de innovación no se dejen seducir por el glamour del Estado y su Ministra, ni por los «Fondos golosos» prometidos.Confiemos en que aquellos que han sido llamados a dirigir la » nueva estrategia», mantengan la coherencia con aquellos modelos que han contribuido a crear en Euskadi y no ,por el hecho de haber sido » promovidos» a nuevos niveles de responsabilidad en las enmoquetadas sedes ministeriales de Madrid,renuncien a lo que hasta hoy parecí­an ser sus principios y valores.

La innovación no puede ser ni una moda, ni un atajo envuelto en marketing y pompas de jabón.  Se construye con rigor, esfuerzo, contenidos, compromisos… y tiempo, por mucho que parezca ( y lo sea si empieza por ser real, sólida y sostenible) la panacea sustitutiva de la vieja economí­a de la construcción, la industria inmobiliaria y otras palancas del anunciado crack del crecimiento de la economí­a española.