Portugal Ideas hacia la competitividad.

En un reciente (y rápido) viaje profesional a Lisboa he tenido la oportunidad de escuchar la opinión de un nutrido grupo de primeros ejecutivos de empresas lí­deres en Portugal. Merece la pena compartir algunas ideas y comentarios sobre lo allí­ escuchado que se resume en un generalizado pesimismo y constatación critica de la economí­a portuguesa (con un crecimiento inferior al 1%) centrado en la percepción de un tí­pico tema diabólico: un mal comportamiento del sector público, mucha autocrí­tica y miopí­a integradora de la interacción pública-privada. Tema que se concreta en:

1. Mal comportamiento del sector público (excesivo pero en el PIB, excesivos funcionarios –sobrarí­an en torno a 200.000 según declaraciones del propio gobierno- pésima gestión y orientación (corrupción incluida) de los fondos estructurales y sociales europeos, inoperancia de los órganos reguladores –como las Comisiones del Mercado de las Telecomunicaciones o de la competencia- y la persistencia negativa de la «goleen Share» en relevantes empresas…)

2. Ausencia (histórica) de un entramado industrial significativo.

3. Escasez de «dirección y mandos intermedios» en las principales organizaciones (publicas y privadas) del Paí­s.

4. Un presupuesto 2007 «en números rojos» en el que todos y cada uno de los Ministerios reducen su estimación de gasto inicial respecto del 2006.

5. Una «esperanzada confianza» en el binomio Aní­bal-Sócrates (presidente y Primer Ministro) y sus planes de reforma de la administración pública (PACE, reducir en 250 los mas de 500 organismos del estado, suprimir el carácter «de por vida» de la función pública…

Llama la atención que tanto en el diagnostico como en la solución, los dirigentes empresariales limitan su atención a los «drivers» competitivos del sector público desde la vieja –mas que clásica- posición dual de separación/confrontación entre los sectores público y privado. Ninguna referencia no ya a apuestas estratégicas coopetitivas (público-privado) sino a estrategias empresariales propias. «Si el gobierno hace sus deberes, todo ira bien» ¿y los deberes de los restantes agentes económicos y sociales?

Mientras escuchaba estas opiniones, el Parlamento portugués debatí­a una nueva ley (Financiación de las regiones). Desgraciadamente, centrada casi en exclusiva en la manera de gestionar los recursos de la Administración Central y su transferencia al interior. Muy lejos de debatir nuevos espacios regionales (competitivos), incluso tí­midos descentralizaciones administrativas, modelos de eficiencia organizativa…

La tristeza entrañable del «fado» y el romanticismo evocador de nuestra «Lisboa antigua» (cada vez más incorporada al modernismo transformador post-expo del entorno de la estación de Oriente de Calatrava, puerta inequí­voca a un nuevo horizonte) parecerí­an impregnar una actitud poco propicia de estrategias competitivas reales. Confiemos, en todo caso, que la esperanza en la transformación administrativa del binomio gobernante sea un paso en la dirección adecuada y el resto de agentes, incentivas y factores relevantes en la competitividad emerjan en beneficio de este entrañable y querido compañero europeo.